Historias de boliches

Flop y Fancy: la batalla de las discos

A una cuadra y media de distancia la disputa comprendía los bailes de los colegios, los tarjeteros y los shows de bandas, como la legendaria visita de Los Redondos a Flop
jueves, 31 de octubre de 2019 · 13:04

Escribe: Juan Ramón Seia 

Donde una vez hubo una pista de mosaicos blancos y negros que descansaban bajo amplios sillones alargados y un semipiso con barandas blancas, ahora se acomodan juegos de living, aparadores, comedores y dormitorios prestos para dotar de confort a un hogar o a una oficina.

Y donde una vez hubo una cabina apuntada hacia la muchedumbre agitándose en un espacio preñado por los sonidos noventosos que años atrás cobijara una sala de cine, ahora se halla un sinfín de aparatos colorinches, luminosos y con efectos sonoros que se erigen como atractivos para los más pequeños.

Casi 20 años atrás, en la actual mueblería de calle Buenos Aires al 1200 funcionaba uno de los boliches más recordados de nuestra ciudad: Flop Disco. Mientras que en el paseo de diversiones de calle San Martín 34 se instaló, a fuerza de oposición, Fancy, inaugurando una nueva época de competencia directa en la movida nocturna local, nuevamente en el centro y a una cuadra y media de distancia.

 

Colegios y grupos en boga

Los empresarios Hugo Chilier, “Manito” De Paoli y el “Pájaro” Giraudo, oriundos de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, habían desembarcado en el año noventa en Villa María con el propósito de repetir las experiencias virtuosas concretadas en Rosario y en algunas localidades vecinas.

El obstáculo principal era la “cúpula” que se ocupaba de iluminar las veladas nocturnas desde la costanera durante una década exacta. Dicen las malas lenguas que una de las estrategias de los dueños había sido abonar la multa correspondiente por el exceso en el límite horario de habilitación municipal de aquel entonces, perjudicando al gigante de Kabranca. Nadie lo pudo confirmar a ciencia cierta a este medio.

No obstante, la estrategia con mayor consenso entre los consultados alude a dos vías: por un lado, una fuerte campaña de captación e incentivo a las promociones estudiantiles; y por el otro, una apuesta importante a la programación de fechas con las bandas y solistas más escuchadas del momento.

Un año después de la conquista de la plaza local, en el bando contrario, Osvaldo Gascón (uno de los dueños de Kabranca), junto a los socios Jorge Musa y Jorge Fuentes va por la revancha resucitando una de las viejas estructuras del casco céntrico, donde funcionaran cines como el Ambassador, para abrir Fancy, a fines de 1991. Una suerte de reedición de la “guerra” mantenida entre las pioneras Chac y Kreo, décadas atrás.

 

Ganar la noche

“En realidad le querían poner de nombre El Balcón, porque el edificio original tenía un estilo antiguo que podía albergar balcones en la fachada, pero al final se demolió todo, salvo el pulman que quedó como otro sector de la pista arriba”.

Quien presiona “reward” en su memoria es Pablo Beltrán, el deejay y conductor radial del histórico “Arroz con leche”, quien comandó la cabina musical de Fancy desde un comienzo intercalando vinilos de rock nacional, internacional, apuntes del primer techno y algo latino. “Es cierto que Flop cambió la noche de la ciudad y con Fancy empezó la guerra de los boliches. La pica estaba en hacer los bailes de los colegios y por eso empezaron a surgir los Relaciones Públicas y los tarjeteros, que podían otorgar consumiciones con la entrada, algo que antes no existía”, rememora.

“Al principio fue bastante duro porque a las pocas semanas de arrancar, la convocatoria empezó a decaer en Fancy. Después se pudo laburar muy bien con los colegios y remontó tanto que llegó a trabajar jueves, viernes, sábado y el domingo, a veces, con doble turno: primero matiné y luego boliche normal. Una locura”, agrega.

Julio Elhall, quien ofició de RR.PP. junto a Carlos Hoffman en ambos espacios, abonó más detalles. “La primera caída de concurrencia en Fancy fue por una negligencia de los dueños que subieron el precio de las entradas porque iban a hacer sorteos de varios premios. La gente le dio la espalda y se fue a Flop. Después, de a poco, con mucha promoción radial y trabajo con los chicos de las promos que los pusimos de tarjeteros, volvimos a llenar el boliche. De todos modos, yo estuve un par de temporadas hasta que me echaron de Fancy, porque también trabajaba en Network (el recordado pub de San Martín y Corrientes), y querían que estuviera en ambos lados. Pasó un tiempo y me convocan para entrar en Flop donde estaba Gustavo Sosa como Dj y donde llegaban distintas bandas que estaban sonando por todos lados a tocar. Allí pasaron Los Redondos, Fito Páez, Fabiana Cantilo, Los Pericos, entre otros. Como seguía la pica, Fancy también se mandó a traer bandas como Los fabulosos Cadillacs, también Los Pericos y Rata Blanca que venían con el tema ‘Mujer amante’”.

 

Anecdotario “redondo”

Anécdotas sobre ambas discos emergen de a montones. Por ejemplo, que Araceli González cautivó con su pelo bien cortito a los espectadores de Flop, donde otra noche se sumó Fabricio Oberto (quien ya jugaba en Atenas de Córdoba).

Otra historia recordada cuenta las peripecias de los dueños del mismo boliche cuando le clausuraron el local justo cuando la banda Attaque 77 ya estaba presta para ingresar y tuvieron que alquilar colectivos para llevar a los asistentes a la exdisco Génesis de Arroyo Cabral.

En materia de cantidad de espectadores, Elhall recuerda las máximas alcanzadas: “Para un Día del Amigo que cayó martes contamos 2.200 entradas pagas en Flop, y eso que yo les había jugado un asado a los dueños si metíamos más de 700 (risas). Y en Fancy, para el 21 de septiembre después de una Farándula, ingresaron 2.800 personas pagas. No me preguntes cómo hicimos. Solo sé que, como hacía tanto calor adentro, algunos salían y otros entraban”.

Una de las más graciosas fue aportada por Beltrán: “Cuando Fancy andaba flojo, una bruja nos llegó a decir que no funcionaba porque el boliche daba al Paseo de la Villa que está construido sobre un cementerio indio y que los espíritus no los dejaban en paz”.

De todos modos, el gran recuerdo de aquella época de disputa -que finalizó cuando se levantó la mega disco Metrópolis en bulevar Cárcano y Santa Fe, cuya firma propietaria luego compraría a Flop- resultó la primera visita legendaria de Los Redonditos de Ricota a nuestra ciudad, el 26 de septiembre de 1992.

El show que se desarrolló en la disco de calle Buenos Aires aglutinó poco más de 1.500 personas. Aunque la crónica de El Diario remarcó un acople constante del micrófono, se destacó la performance del Indio Solari y la euforia del público en temas como “Un poco de amor francés”, “El pibe de los astilleros, “Mi perro dinamita” y, por supuesto, “Jijiji”.

Desde hace un tiempo circula en Youtube un videoclip casero de poco más de 13 minutos, según fuentes filmado por el hijo del “Pájaro” Giraudo, donde se lo puede apreciar al Indio contorneándose y recibiendo un trapo desde la pista y a un Skay Beilison, con melena prominente, punteando una guitarra encendida.

Los años noventa en su máxima expresión. n

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