DESTACADOS 2019 - El colectivo local Teatro de Herejes

“Nuestra intención es hacer un teatro que rompa con lo establecido”

Andrés Brarda, el joven director del grupo artístico, comentó acerca del intenso año de producciones y puestas artísticas, las cuales se sumaron al ambicioso desafío de hacerse cargo del chalé Scopinaro.

Escribe: Juan Ramón Seia
De nuestra Redacción

Fue un año más que intenso para la compañía con las puestas en escena y con la posibilidad de hacerse cargo, en el último tramo, del chalé Scopinaro para convertirlo en un nuevo espacio cultural en la ciudad. ¿Cómo lo has sentido desde lo personal y lo profesional?

-Con tan solo 4 años de vida, contando desde su primer estreno, 2019 fue un año bisagra para nosotros, ya que nos llevó mucho trabajo, sudor y lágrimas sacarnos de encima la mochila de “vocacional” para comenzar a profesionalizar nuestra actividad. Realizamos 53 funciones con la presencia de más de 3.500 espectadores a lo largo del año en diferentes espacios de la ciudad, como la Usina Cultural, el Patrimonio Histórico, el Arenero Municipal, entre otros; que no están equipados ni adecuados para la representación teatral.

Este recorrido nos generó la necesidad de obtener una imagen legal y un espacio propio para comenzar a salir de la precarización laboral. Fue ahí donde tomamos la decisión de presentarnos como asociación civil y adquirir, nada más y nada menos, que el chalé Scopinaro, patrimonio emblemático de la ciudad, que perfectamente se adapta a la mayoría de nuestras propuestas artísticas creativas y culturales. En lo personal, fue un año complejo, muchas veces volví a casa con ganas de pegar una patada al tacho y largar todo, pero al otro día ya estaba sentado frente a la computadora pensando cómo encontrarle la vuelta; mi lucha está intacta, el teatro es trabajo. Y mucho. Mi mayor deseo es mejorar las condiciones laborales que afectan al numeroso colectivo. Quiero que cada uno de los integrantes tenga aportes jubilatorios, obra social y un sueldo digno. Es un territorio difícil de recorrer en el teatro independiente, pero no imposible.

 

-Comentame tus pareceres sobre cada puesta en particular de este año, vistas en perspectiva. Desde “Los hombres que Dios no ama”, con una promoción bastante peculiar, pasando por “El juego” con el trabajo de los jóvenes en la Usina y la intervención activa del público, la reposición de “El Real Hotel” en Patrimonio Histórico, hasta la repercusión que obtuvo “Amerindio”.

-Tanto en la reposición de “Amerindio”, que reivindica la lucha por la identidad de los pueblos originarios y repudia las políticas neoliberales, o “El Real Hotel”, que pone en jaque la verdad como discurso, pudimos lograr la difícil tarea de construir nuevo público. Fue muy gratificante para nosotros encontrarnos con personas que se acercaron por primera vez a un teatro. Asimismo, hicimos dos estrenos durante el año. Por un lado, “El juego”, interpretada por adolescentes, en la cual se aborda la temática del bullying. Es una propuesta que transcurre en una casona en desuso en la que el espectador tiene la libertad de elegir adónde ir y desde qué lugar mirar las acciones de los personajes. Fue una experiencia única para los villamarienses, pero que sólo estuvo un mes en cartelera porque nos quedamos sin espacio (el ciclo finalizó en la Usina).

 

Fue lamentable no poder continuar con un trabajo que tuvo un proceso de dos años. Por suerte, ahora vamos a poder reestrenarla. Y, por otra parte, “Los hombres que Dios no ama”, una obra que generó controversias por donde se la mire, desde su inusual campaña publicitaria, que pudimos estar en boca de todos los medios con solo colgar muñecos en distintos espacios y sin poner un centavo, hasta su puesta en escena, que generó las más diversas críticas por el planteamiento dualista y provocador que presenta la obra. Hasta el día de hoy, muchos espectadores se arriman a contarnos experiencias escalofriantes que suceden dentro de la iglesia.

 

-En cuanto al proyecto del chalé, además de lo informado públicamente, ¿qué se puede adelantar de cómo será el funcionamiento?

-Todas estas propuestas van a estar funcionando en el chalé durante todo el año, donde además se dictarán capacitaciones, talleres y seminarios de diferentes ramas artísticas. El espacio contará con una sala de teatro, un salón multiespacio, oficinas, café literario, biblioteca, cocina integral, habitaciones de exposición donde se realizarán visitas guiadas diurnas contando la historia de la antigua estructura paralelamente con la historia social política de Villa María, Y las nocturnas recrearán esos mitos, leyendas y creencias que quedaron en boca de los habitantes.

 

-¿Es cierto que el lugar fue encontrado en condiciones deplorables, según comentaron en Facebook?

-Lo encontramos en condiciones lamentables; los responsables anteriores hicieron un desprecio y daño terrible a nuestro patrimonio histórico y arquitectónico. A la gran mayoría de los postigones, que son hechos a medida, los vendieron y con el resto hicieron una barra para el boliche o los usaron de estantes. Se robaron todas las puertas internas, el cableado eléctrico, las rejas de madera, modificaron espacios, y así una lista larga. Nuestro primer objetivo a corto plazo es recuperar y restaurar esta vivienda extravagante, para volver a enaltecer su arquitectura de único estilo y características en la ciudad.

 

-En cuanto a la escena teatral, ¿cómo has visto insertarse la compañía dentro de la oferta local en un año con muchas producciones y estrenos?

-Cuando Teatro de Herejes comenzó a caminar por la escena teatral villamariense inmediatamente fue puesto en el foco de los espectadores que sin titubear decían “hacen un teatro diferente”. Sin lugar a dudas, esta era la intención desde un principio, hacer un teatro diferente, que cuestione, que rompa con lo establecido, que incomode, que saque al espectador de ese lugar de observador de una realidad y lo invite a ser partícipe de la realidad en la que vive. Hasta el momento no existía en Villa María, o por lo menos no en gran escala, una compañía teatral que se anime o que le interese cruzar el umbral hacia lo contrario de las reglas establecidas y aceptadas comúnmente. De allí la importancia de reconocernos como un colectivo teatral que propone experiencias escénicas de vanguardia. Los Herejes cuestionamos los dogmas, creemos en la posibilidad de otro teatro, un teatro en donde la catarsis no quede encerrada en una sala de teatro, sino que salga a la calle con cada espectador, con cada experiencia que se crea. De allí que trasladamos el espacio escénico a la calle, a la vera del río, a una casona antigua, a un cubo, a un baño, entre otras. Tal vez no creamos una fórmula ni sentamos las bases de una teoría teatral, pero miramos desde cerca el teatro vanguardista. Estamos convencidos de responder a una demanda cultural, que tanto en Villa María como en la región no se estaba respondiendo. De allí la importancia de no desatender las nuevas tendencias teatrales y culturales y explorar desde lo escénico todo el abanico de posibilidades que nos brindan las artes.

 

-El elenco ha sostenido siempre la modalidad de la “salida a la gorra”. ¿Tiene que ver con adecuarse a la coyuntura económica o es más bien una declaración de principios sobre el acceso al arte y a la cultura?

-Los Herejes queremos que todos puedan ver teatro, no sólo el que lo pueda pagar. Es importante cuidar el vínculo con el público, que tanto cuesta construir, especialmente en estas épocas de crisis. Tampoco queremos generar un mal hábito en el público, que piensa que los espectáculos del teatro independiente deben ser gratuitos o baratos. Coincidimos que en algunas funciones la gorra es efectiva porque se recauda bien, y en otras no. Nuestra misión no cambia, queremos que todos puedan entrar a nuestros espectáculos a ver teatro. Y vamos a utilizar todos los medios que estén a nuestro alcance, como la gorra o diferentes estrategias de acuerdo a la obra, o eventos especiales para afrontar el mal momento que impide acceder al arte y la cultura. 

 

-¿Qué otros proyectos, metas y obras tienen pensados para 2020?

-Este nuevo año vamos a seguir trabajando con las producciones que permanecen vigentes y residen en la recomendación. También, tenemos pensado realizar dos estrenos de impronta “Hereje” y un sinfín de actividades en el chalé Scopinaro.

 

Un bono solidario

A fin de solventar todos los gastos que supone poner restaurar y a punto el chalé Scopinaro para su funcionamiento, el colectivo teatral lanzó un bono contribución y rifa solidaria a $100, con tres premios en danza.

El primero de ellos es un viaje a Villa Carlos Paz para dos personas (incluye hotel con desayuno), el segundo premio es una cena para dos personas en el restaurante La Rosita y el tercer premio es una cena para dos personas en Bestia Burger and Brew, ubicado en el híper Libertad.

Tales obsequios se sortearán el próximo 10 de enero.

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