NOTA a Carolina Rojo, directora Madre Baile

Un filme que le hace justicia a “La Leo”, creadora del tunga-tunga

El largometraje cordobés producido por Altroqué Realizaciones, hace énfasis en la figura Leonor Marzano. Además, indaga en el rol la mujer en el cuarteto y las adversidades que el género debió atravesar

Escribe Daniel Rodríguez

DE NUESTRA REDACCION

Hasta el arribo del documental cordobés Madre Baile (2021), ninguna realización abocada al género musical del cuarteto había hecho justicia con La Leo (Leonor Marzano), aquella mujer que tuvo la idea de mezclar los compases de la tarantela y el pasodoble para hacer bailar a propios y extraños.

En 110 minutos, con interesantes entrevistas realizadas a músicos por la artista Vivi Pozzebón y un segmento ficcional que trata de rememorar aquel significativo primer baile del Cuarteto Leo en Colonia Las Pichanas en 1943, la realización de Altroqué guionada y dirigida por Carolina Rojo y producida por Rodrigo Del Canto contextualiza el nacimiento de un ritmo que empezó a contagiar a cada uno que lo escuchaba.

Pero no solo eso, también se pregunta ¿que pasó con las mujeres en el rol de cantante? ¿Son meramente espectadoras? Si bien aparece la figura de “Las Chichis” en los 70, tal vez aquel grupo fue una estrella fugaz.

En diálogo con El Diario, Rojo,  recordó:  “Empezamos a filmar la historia y a pensar el proyecto a partir de filmar el videoclip de la canción “Madre Baile” de Vivi (Pozzebón). Ahí nos pasó que venia gente que nos preguntaba quién es La Leo cuando veían un mural... muchos no tenían idea de quien había sido Leonor, sobre todo gente menores de 50 años... Ahí hicimos el click de que hacía falta contar esa historia”, expresó la cineasta nacida en General Cabrera

 

 Investigar para contar

En cuanto a la tarea indagatoria y la búsqueda de documentos, la oralidad es lo que mayormente se destaca. Resaltan las conversaciones con el Turco Oliva de Cachumba; Angel El Negro Videla; Magui Olave, La Gata Noelia, Lorena Jiménez y los ya extintos Eduardo Gelfo (hijo de Leonor) y Carlitos Rolán, entre otros.

“Nos pasó, cuando empezamos a hacer la investigación, que hay poco material público filmado. No pudimos verla a La Leo tocando. Lo que sí  encontramos fue el documental de Leon Gieco y Gustavo Santaolalla, “De Ushuaia a La Quiaca. Ellos,  en Córdoba, la entrevista a Leonor y al Cuarteto Leo. Tal fragmento está en la película y  es lo único donde se puede ver”.

Respecto a la “pata” ficcional de la creación, explicó: “Decidimos hacer esa recreación de época y del primer baile para pensar cómo podría haber sido esa niña y adolescente que fue a tocar”.

Otro punto a favor es el lente que observa el fenómeno. Lejos de una mirada sesgada y los prejuicios, el leiv motiv fue saber, conocer y reflexionar (incluso surgieron temas impensados) “La búsqueda se da  porque los mismos entrevistados nos dijeron que querían poner en valor el cuarteto como género o folclore mal que le pese a varios cordobeses que no lo quieren asumirlo como algo propio. Ese fue ese desafío que se fue como dando con los mismos entrevistando que fueron tirando esa pista, más allá que no fue tan pensando o  premeditado. Hubo escucha, por eso sucede que ahí tenés una idea previa y el guión se modifica mucho. Cuando ya viste a todas las personas o escuchaste a todas y no te dijeron lo que pensabas que te iban a decir”.

“Yo no pensaba tratar el tema de la dictadura, pero fue tan fuerte que dije que sí. Está bueno que también se hable de este tema, es importante y es potente. Lo dejé y tiene su peso en el documental. No es crucial, y todo esto tiene que ver con poder ser flexible, escuchar y sentir mientras vas haciéndolo y creando, cerró.

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