Instituto La Santísima Trinidad - Mateo Salvatto, de 21 años, disertó el martes ante los docentes de esa casa

Campeón de Robótica e inclusión

El Trinitarios siempre inicia su ciclo lectivo con una charla invitando a destacados especialistas en educación. En esta oportunidad, eligieron al multipremiado Mateo Salvatto, quien creó la aplicación “Háblalo” para personas sordas
jueves, 20 de febrero de 2020 · 11:48

Mateo Salvatto tiene 21, es técnico electrónico y su nombre se hizo conocido en el mundo por crear soluciones tecnológicas a problemas de comunicación, particularmente destinado a personas con discapacidad.

El joven estuvo en Villa María invitado por el Instituto La Santísima Trinidad, en el marco de la XVI Jornada de Apertura del ciclo lectivo. Allí abordó una charla sobre el rol de los adultos en el desarrollo de las potencialidades de los estudiantes.

Al ser consultado por El Diario, Salvatto, hijo de una docente especializada en hipoacúsicos, contó cómo nació la aplicación “Háblalo”, que permite cuminarse a las personas sordas.

“Básicamente la inquietud nace porque me crié con personas sordas, dado que mi mamá es profesora de sordos y antes que naciéramos mi hermano y yo, ella trabajaba en eso. Entonces yo la acompañaba al trabajo, hicimos amigos que tienen esa discapacidad y crecí viendo cómo para ellos y ellas ir al kiosco a comprar algo era un problema. Nosotros con 12 o 13 años teníamos que acompañarlos a la farmacia y ellos tenían 30. Pensaba cómo era eso posible, dado que tenemos tecnología para llevar gente a Marte, pero un sordo no puede hacer un trámite.

No podía faltar: una selfie con los profesores del Trinitarios

Yo soy técnico en electrónica y eso me molestaba un montón, entonces empecé a pensar que si aplicaba lo aprendido en buscar una solución, algo vamos a sacar, aunque sea malísimo. Así nació Háblalo”, dijo el joven.

-¿Cómo hiciste rentable una aplicación gratuita?

-El proceso fue muy lindo, porque empecé en 2016 con la aplicación que era en realidad bastante mala. Tuvimos una charla TED y un montón de gente se acercó, así fue que armamos un equipo de cuatro socios y empezó a crecer.

Uno de los desafíos era cómo hacer que una aplicación gratis no se funda. Lo primero que se viene a la cabeza es, bueno, cobrala, pero no íbamos a cobrar a una persona por comunicarse, con lo cual esa alternativa estaba fuera de cuestión. La otra idea, era poner publicidad, pero molesta en medio de una pantalla y pensábamos que no estaba bueno. Y ahí nos dimos cuenta que como nosotros buscamos soluciones, las empresas y los gobiernos tampoco las tenían. Vos vas a una farmacia acá o en China y llega un sordo y no saben qué hacer. Entonces se los ofrecimos a las empresas y hoy uno de nuestros esponsores es Samsung, por ejemplo.

-¿La posibilidad de un pensamiento tecnológico como el tuyo surge de la familia, la escuela o es un hecho individual?

-No soy un genio, definitivamente. Yo vengo de una familia que no tiene nada que ver con la tecnología. De hecho no era ni el mejor ni estuve cerca de ser el mejor de la clase. Tenía compañeros que  eran hijos de ingenieros y tenían súper claro lo que es matemática y programación. Yo no.

Un poco lo que digo es que obviamente pude ir a una escuela con muchas herramientas tecnológicas e interés de los docentes para desarrollar estas habilidades, eso es un factor importante.

Pero siempre digo que la tecnología tiene espacio para todo el mundo. Lo que hago es sentarme a pensar mucho, soy muy de criticarme para ponerme metas, pero lo que si identifico como virtud es que me cuesta poco ver un problema y encontrarle una solución tecnológica. De alguna manera es eso.

En definitiva, con muchísimas ganas, una computadora que más o menos ande bien y una conexión estable de Internet, podés entrar en el mundo tecnológico. Todo lo demás es gratis, hasta los cursos. Tengo amigos que ganan 30 dólares la hora en empresas de Estados Unidos trabajando acá, como free lance. Y lo que hicieron fueron cursos de programación. Con mucho esfuerzo se puede.

-¿La escuela con tiza y pizarrón, frena el impulso tecnológico de las nuevas generaciones?

- No pasa por ahí. La educación tecnológica es indispensable, pero no significa que el aula tenga un proyector. Sino que los chicos salgan con una comprensión de lo básico, que sepan el concepto de big data y conocer qué pueden hacer con eso y también saber programación, que no solo es matemática, sino también una forma de resolver problemas.

 

En la rueda de prensa participó Elvio Toscano, docente y dirigente de APDH, que introdujo una pregunta sobre tecnología y ética.

“Ese es un punto superclave. Donde más se discute el tema de la ética es en el manejo de la privacidad de los datos y en la Inteligencia Artificial. Cualquier charla o cumbre sobre esos temas, tiene un espacio para discutir la ética.

Recién ahora se empieza a despertar eso de qué harán estas empresas con mis datos. Cuando se crearon las redes sociales, le empezamos a dar enter aceptando a todas las empresas. Le dimos permiso, pero igual hay un debate sobre lo que queremos que hagan con esa información.

Lo mismo con la Inteligencia Artificial, siempre se plantea el mismo dilema: yo me compro un auto que se maneja solo, voy por la calle y se cruzan mal, corriendo, tres nenes de 10 años. Entonces el auto hace el cálculo en minisegundos, de que si trata de frenar no llega y atropella a los nenes y si pega un volantazo choca la pared y muero yo que estoy en el auto. ¿Qué decisión debería tomar el auto que se maneja solo? Ahí estamos en un debate que parece sencillo, pero no lo es, porque si toma una decisión noble, de priorizar la vida de los otros, quién va a comprar un auto que llegado el caso te provoque la muerte. Y en el otro caso, si provoca un accidente, quién se hace responsable. ¿La empresa? Y quién lo decide: ¿un juez o un programa de Inteligencia Artificial?

No es un debate hacia el futuro, hoy ya en Estados Unidos por 40 mil dólares comprás un auto de esa característica.

-¿Y en lo que hace a tu futuro?

- Estamos con dos aplicaciones nuevas que queremos lanzar. Una para personas que no tengan ninguna posibilidad de movilidad. Queremos que a través de un smart phone puedan comunicarse las personas que no tienen ningún tipo de movilidad, es una deuda que teníamos desde que empezamos con Háblalo. También hay cinco versiones nuevas de Háblalo 2020

Y otro proyecto, que está muy verde, en vías de ser un prototipo, es una aplicación para las personas con Alzheimer. Hay 500 millones de personas con esa enfermedad en el mundo.

 Y también, probablemente este año, salga un libro este año sobre tecnología. Seguramente van a pasar algunas cosas bizarras en 2020, conociéndome.

 

Premios: Mateo fue campeón Nacional e Internacional de Robótica y es uno de los 10 emprendedores reconocidos en 2017 por la Legislatura porteña y en 2016 por la Embajda de los Estados Unidos en Argentina. También fue distinguido por el Instituto de Tecnología de la Universidad de Michigan;  por la Universidad Panamericana de México como Innovador Humanitario del año y elegido por Google para ser parte de su campaña de desarrolladores de aplicaciones para Android.

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