Profundo dolor causó la muerte por COVID de Carlos Bergia, productor y dirigente que defendió los intereses de los pequeños y medianos hombres y mujeres de campo

Sentido adiós al hombre que fue pilar de su comunidad

Cualquiera que lo haya conocido coincide en una definición: “Fue un hombre bueno”. Seguramente, ese es el principal legado que dejó Carlos Bergia a su familia, pero también, hay que decirlo, fue un hombre comprometido con su comunidad, su pueblo y con los pequeños productores agropecuarios, cuya defensa abrazó con pasión. Por eso, la noticia de su fallecimiento, ocurrido el 21 de octubre, impactó en todo el país.

La entidad de base con la que empezó a participar como dirigente fue la Cooperativa de Arroyo Cabral. Su presidente, Jorge Manera, relató ayer el dolor que le causó ir a la reunión diaria de la mesa chica de la entidad en la que Bergia se desempeñaba como tesorero, y ver su silla vacía.

“Fue un gran productor agrícola en su momento, y después se abocó al sector ovino. Fue socio de esta cooperativa y con el correr de los años ingresó como consejero. Primero fue como síndico, allá por los años 96 y 97, hasta ocupar el cargo de tesorero desde hace 15 años. En la mesa del Consejo, debo decir que fue una persona muy ubicada, siempre predispuesto al diálogo”, señaló Manera a El Diario Rural. “Fue muy participativo en todas las instituciones que estuvo, Federación Agraria, la misma Municipalidad y hasta las escuelas a las que asistían sus hijos. Fue un pilar de la comunidad”, agregó. “Despido con mucho dolor al productor, al dirigente y sobre todo, al amigo”, concluyó Manera.

Representando a la cooperativa, Bergia participó en el Directorio de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Su presidente, Juan Carlos Martínez, señaló a nuestro diario que “Carlos nos acompañaba como revisor de Cuentas en la Bolsa”. “Pero lo conozco desde hace tiempo, como dirigente, apoyando a la gente de Coninagro, a la de Federación Agraria y como representante de la Cooperativa de Arroyo Cabral que es asociada a ACA -Asociación de Cooperativas Argentinas-. Hemos compartido muchísimo en aspectos institucionales”, agregó.

“Siempre fue un hombre muy apasionado, convencido de sus idearios productivistas y cooperativistas. Siempre se desempeñó con entrega y responsabilidad, generando aportes constructivos para las instituciones”, dijo.

Lamentó que el virus haya llevado la vida de hombres de la entidad, como Carlos Bergia y también “de otro integrante de ACA, Néstor Reale, que es un consejero de la Cooperativa de Leones, hombre de mucha trayectoria y que falleció ayer a causa del COVID. También la madre de un funcionario de la Asociación que murió por esta causa. Esto está haciendo estragos en toda la geografía de Córdoba”. Finalmente dijo que, más allá del dolor por la muerte de Bergia, “su familia puede sentir el orgullo de que Carlos honró la vida, no pasó inadvertido. Donde pasó dejó su semilla, su impronta, su aporte. Tengo el orgullo de haber compartido un pedazo de la vida con una persona que dejó lo mejor”, concluyó.

Carlos Bergia, apasionado productor ovino y hombre de familia

Federado

Esa pasión por el cooperativismo la llevó al seno de Federación Agraria, entidad ruralista que agrupa principalmente a los pequeños y medianos productores. Germán Font, director de FAA, recordó la huella de Bergia en la entidad: “Fue miembro del Consejo Directivo Nacional de la Federación Agraria Argentina como director titular del Distrito V desde 2005 hasta 2014. Durante su militancia en esta institución representó a los pequeños y medianos productores agropecuarios en ámbitos provinciales como la Unidad Ejecutora Provincial Ovina, siendo coorganizador y promotor de la primera Jornada Ovina Provincial en 2012; entre otras, además de estar en las mesas de diálogo con el Gobierno provincial en temáticas como emergencia agropecuaria, consorcios camineros, de conservación de suelo, inmobiliario rural, por citar algunas”.

También representó a la FAA en la Confederación de Organizaciones de Productores Familiares del Mercosur Ampliado (Coprofam), donde se desempeñó como secretario. Recordó que para Carlos, el cooperativismo era “[...] el bálsamo de desarrollo para los pueblos del interior, y lo que las fortalece y las hace grandes es el compromiso de sus productores”.

Como representante cooperativo fue uno de los dirigentes impulsores de la creación en 2006 de la Federación de Cooperativas Federadas Ltda. (Fecofe), donde actualmente desempeñaba el rol de consejero.

Por su actividad como productor ovino se vinculó como asociado a la Cooperativa Agropecuaria Alborada Ltda. Una cooperativa generada y dirigida por jóvenes federados en su mayoría, a  la que también respaldó y aportó.

“Los valores gremiales y cooperativos fueron los que propició y transmitió a la juventud federada de su distrito en particular. Juventud a la que apoyó en innumerables circunstancias, ya sea a nivel nacional como en  ámbitos locales. Carlos no sólo apoyó la formación de muchos dirigentes, sino que también transmitió los valores democráticos, fue siempre respetuoso de los ideales juveniles y por sobre todas las cosas, los impulsó a seguir creciendo y luchando con convicciones y coherencia dando los espacios dirigenciales y de toma de decisiones necesarios para el crecimiento juvenil e institucional. El no sólo pensaba, apoyaba y hacía pensando en el necesario relevo generacional, sino que  promovía  el rol de los dirigentes juveniles como pares”, expresó Font.

 

Coherencia entre palabra y acción

Su casa en el campo, donde desarrolló su vida junto a Susana, su esposa; y Melisa (agrónoma), Virginia (dedicada al comercio exterior), Renato (técnico en higiene y seguridad) y Mariano (veterinario), sus tres hijos, fue escenario de reuniones nacionales donde promocionaban el concepto “agricultura con agricultores”, lema de Federación Agraria con el que instaban a no despoblar los campos, para diversificar la producción y evitar el monocultivo. En su gran mesa se sentaban amigos, familias, dirigentes de todo el país que respetaban la palabra de Carlos Bergia, porque siempre vivió según lo que predicaba. Hablaba del campo desde el campo, como un productor más. La trascendencia como dirigente federado fue nacional. Llegó incluso a integrar una lista opositora para conducir los destinos de la entidad.

Con la misma sencillez y sabiduría, podía debatir temas de campo y de política con un vecino, un periodista o sentado en la oficina de un ministro, un gobernador o un presidente.

En los últimos años, se abocó con dedicación y pasión al sector ovino, por lo que fue multipremiado en las exposiciones donde presentaba sus ejemplares de la raza Texel, de cuya asociación era presidente.

Productor, hombre de familia, federado, cooperativista. En definitiva, un buen hombre que dejó su huella.

 

El recuerdo del militante

La llegada de la democracia encontró a Carlos Bergia dedicado a su pasión por la política. Fue militante radical desde 1983. Claudio Beletti recordó que formó parte de la Juventud Radical  de Arroyo Cabral, y “que por aquella época nos reuníamos en la casa de don Luis Bertolotti”.

Fue electo concejal en el período de Juan Bono “incluso, ante el pedido de licencia del intendente, como era presidente del Concejo, ocupó en forma interina el cargo de intendente”.

Cuando fue jefe comunal constituyeron la Junta Municipal de Historia, que habilitó la posibilidad de investigar la vida de Arroyo Cabral, lo que quedó reflejado en un libro que se llama “Fuegos de identidad”, el que fue presentado cuando se celebraron los 100 años de esa localidad.

“Cuando fui intendente también integró el Concejo Deliberante”, señaló Beletti.

“Dejó un poco la participación activa en la UCR cuando comenzó a dedicarse más a la Federación Agraria, el Clúster Quesero, la Asociación de Texel, la Cámara de Ovinos. Pero nunca dejó de militar y aportar ideas para la política local. Para mí, ha sido un noble amigo, un ejemplo de dirigente para nuestros pueblos”, concluyó.

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