La indeseable paridad

Escribe

Pablo Luna Broggi

Fotos

Victoria Araujo

Luego de la derrota ante River, el pasado fin de semana, se había confirmado que Unión no podía llegar a clasificar a los playoffs.

Es un complicado campeonato que había comenzado con la ida de varios históricos y que está culminando con un Unión desdibujado que no pudo demostrar su nivel de otras temporadas. Los de Zucotti intentaron fecha a fecha levantar el nivel, pero no lo consiguieron, y la derrota ante el Millonario, en el clásico más antiguo del fútbol doméstico, fue el corolario de un torneo esquivo para los de la calle Rucci.

Sin embargo, el entusiasmo por enfrentar al último campeón ante su gente les daba la pequeña oportunidad de “darse esta última alegría” como se sintió en el vestuario aurinegro antes de salir a la cancha.

Por el lado del visitante, las expectativas eran diferentes porque a falta de solo tres fechas (antes de comenzar el encuentro), la U pelea palmo a palmo con Alem por liderar la complicada Zona Centro, que definirá sus representantes seguramente en la última jornada, por la paridad de los equipos que los componen, de los cuales solo Unión (como dijimos anteriormente) y San Lorenzo de Las Playas no cuentan con la oportunidad matemática de poder acceder a los cuartos de final de la Liga local.

De esta manera se suponía que el partido sería interesante por las ganas de ambos conjuntos por conseguir la victoria, sin embargo, para sorpresa de muchos fue todo lo contrario: trabado, aburrido, con imprecisiones, peleas innecesarias y fastidio.

Unión fue un fiel reflejo de lo que fue durante todo el campeonato: un equipo duro, difícil de penetrar, pero sin poderío ofensivo. Universitario por su parte, no tuvo movilidad ni las ideas claras como para poder romper el cerrojo propuesto por el aurinegro. Barengo y Moyano fueron espectadores de lujo, en un partido en el que debían aparecer.  La única que tuvo Barengo fue llegando a los 20 minutos, cuando un fuerte remate suyo casi se convierte en gol, pero Dante Alaniz salvó a su equipo manoteando el balón en la línea antes de que ingrese al arco, tras una floja respuesta en primera instancia.

Fue la única llegada clara en todo el partido.

Los locales, por su parte, fueron aproximándose paulatinamente con tiros libres y jugadas de pelota parada en los pies de su capitán, Rodrigo Solís, que nadie podía conectar, pero que igualmente terminaban pasando muy cerca de los palos del arco defendido por Mellano.

En el complemento, al minuto llegó la opción más clara del local: una gran jugada personal de Brian Mendoza le permitió al joven delantero de Unión enfrentar a Simón Mellano cara y cara, y eludirlo con una gambeta larga que dejó al portero visitante sin chaces. Sin embargo, a pesar de que tenía el arco a su merced para anotar la apertura del marcador, Mendoza decidió no definir de zurda y se tomó todo el tiempo del mundo para acomodarse para rematar con su pierna más hábil. Una vez perfilado para la derecha remató por encima del travesaño para el lamento no solo de él, sino de toda la parcialidad local.

Los dirigidos por Marcelo Zucotti continuaron intentando con su arma más letal: la pelota parada a cargo de Solís, pero no lograba romper la paridad.

El trámite del partido se tornaba demasiado aburrido para los espectadores y esto se fue contagiando a cada uno de los jugadores, que en lugar de jugar se dedicaban a protestar cada decisión tomada por el juez principal Richard Moyano.

Al final el cero a cero fue el resultado más justo, para un partido entre dos equipos que no tuvieron ganas de jugar. Unión no pudo despedirse de su gente con un triunfo, aunque le sacó un empate al último campeón, que no aprovechó la igualdad de Alem ante River que le permitía subir a la cima de las posiciones de la zona centro.

La U ahora deberá abrochar la clasificación ante San Lorenzo de Las Playas, y Unión intentará arruinarle el campeonato a Alumni, cuando visite el predio “Mauro Rosales” con intenciones de ganar.