Mellano estuvo endemoniado

Aunque el fútbol es un deporte colectivo,  hay jugadores tan determinantes que se ocupan de suscribir resultados inexplicables. 
Simón Mellano, el arquero de Universitario, es uno de ellos.
Ayer, en La Calderita, donde para los hinchas de Leones “el infierno está encantador”, Sarmiento no pudo batir a un arquero endemoniado, que sacó todo lo que le tiraron y se ocupó de conservar un punto muy importante para el equipo de Joselito Bernadó, que igualó 0-0 en su segunda visita en el campeonato.
Con su vestimenta roja, como si lo hubiesen convocado a vestirse de “Diablo” para asustar a los locales, el portero de la U se revolcó cuantas veces pudo por su presa en un partido que, en la sumatoria de situaciones de gol, no tuvo equivalencias porque Sarmiento siempre estuvo más cerca de ganar.
En ese sentido, el resultado es un punto valioso para Universitario, ya que sufrió demasiado el partido, al tiempo que el Demonio de Leones siguió en deuda como local porque lleva tres partidos sin embocarla (sumando la derrota con Defensores, por el Regional, y la caída ante Bell, por su liga), lo que genera preocupaciones internas.
El problema para la formación de Joselito Bernadó es que no acortó líneas y resultó ser un equipo largo, con problemas para la recuperación de la pelota y, en consecuencia, para la elaboración de juego.
Desde temprano, Sarmiento supo ganarle las espaldas a los volantes rivales y penetrar por los costados, usufructuando la velocidad del tándem Saúl Abecasis-Maximiliano Gutiérrez, que casi siempre atacó por derecha y con intensidad.
A los 6 minutos, el equipo de Gerardo Acuña estuvo cerca de abrir el marcador cuando, en un tiro de esquina abierto, Cavallo le pegó en la puerta del área y la pelota pasó besando el poste.
Creyó Sarmiento que, de esa manera, podía ganarlo, mientras Universitario intentaba ser rápido en alguna réplica, vía por la cual generó una respuesta dos minutos más tarde, con un pase de Francisco Monetto para Valentín Giraudo, que remató por encima del travesaño cuando picó solo por la derecha.
No obstante, esa situación del visitante fue solo un espejismo porque, luego de los 15 minutos de juego, Sarmiento tomó las riendas del partido y siempre fue más incisivo, aún dejando grietas en el fondo que los académicos no supieron capitalizar en algún contragolpe.
De todas maneras, desde entonces empezó a surgir la figura de Mellano, que apareció en toda su dimensión luego de que Cavallo habilitara a Gutiérrez para taparle dos veces el mano a mano al atacante.
Lo que vino fue repetitivo. El arquero le sacó primero un tiro libre a Abecasis, a quien después le neutralizó un disparo cara a cara, salvando un error grosero de Daniel Berterame en la salida defensiva de Universitario.
En el segundo tiempo no cambió demasiado la tónica, aunque el equipo de Bernadó mejoró en su fisonomía con el ingreso de Tomás Pratti y Patricio Peñaloza.
A pesar que esas modificaciones intentaron darle paridad al juego, Sarmiento siempre fue más profundo en sus intentos.
Luego de un tiro de esquina, Mellano volvió a salvar ante Abecasis, por el segundo palo, y el arquero siguió siendo enorme, incluso cuando Sarmiento cambió a su centrodelantero para probar con el entusiasta Gabriel Luna, que siempre ganó de cabeza en cada centro.
A?los 30’, de hecho, el portero voló de manera espectacular para tocar con los dedos un frentazo de Luna, la pelota pegó en travesaño y salió. Y?sobre el final, otra vez el arquero le tapó al mismo atacante y, en el rebote, se quedó con el remate exigido de Gutiérrez.
Claro que Mellano también tuvo ayuda “celestial” en los palos, ya que dos remates de Sarmiento no entraron por milímetros y se estallaron en los parantes. 
Así, Universitario, que solo tuvo un par de ocasiones gracias a Pratti, debió aferrarse a su arquero para terminar sumando un punto clave, que puede ser vital en el futuro, siempre y cuando mejore su imagen.

La figura: Simón Mellano
Héroe en Leones, el arquero fue el top indiscutido. Sacó cinco mano a mano y otras ocasiones muy nítidas.

El árbitro: Matías Ibáñez
Cometió errores en situaciones que no debió tener problemas, aunque no se dejó guiar por las protestas y actuó con personalidad.