Liga 2.0:?goles, polémica y batalla de videos a través de las redes sociales

La reprogramación del encuentro de cuartos de final disputada el miércoles entre Hipólito Yrigoyen y Ricardo Gutiérrez marcó, sin dudas, un nuevo precedente en la forma en la que vivimos el fútbol doméstico: los videos filmados desde distintos ángulos; las redes sociales y las interpretaciones - algo que se suma al paisaje dominical-.
Tanto en la ida como en la vuelta, la aparición de videos capturados por hinchas, simpatizantes o medios, relativizaron las decisiones de los jueces sobre el campo de juego.
Antes de proseguir es necesario destacar que bajo ningún punto de vista la violencia es un camino aceptable en un deporte. 
Dicho esto, continuamos: habían pasado solo cinco minutos del tanto que ponía a los de Tío Pujio 2 a 2 en el global  cuando ya en la zona de los bancos de suplentes se hablaba de un video que demostraba que la pelota había pegado en la línea y, por lo tanto, el gol era ilícito. Sorprende la velocidad de la viralización.
Más tarde, casi sobre la madrugada de ayer, se sumó otra imagen, desde otra perspectiva donde se sugiere completamente lo contrario: es decir, que el gol era válido. En eso tal vez se apoya la terna arbitral, cuyo línea no dudó un segundo y corrió hacia la mitad de la cancha.
En el nacimiento original del encuentro de vuelta, aquel que fue suspendido por violencia el pasado domingo, también tuvo sus  rispideces: la presunta posición adelantada para algunos y la habilitación de Enzo Caciorgna (quien recogió el rebote) para la terna arbitral. 
Con todo esto comentado es importante considerar que una puerta se abre:  la de una intercomunicación, pero a destiempo. 
Otrora, las discusiones podían ser acaloradas pero sin un formato que apoyarse los enunciados. Ahora sí.   
Eso sí, la terna tampoco puede detenerse cinco minutos, después de una jugada compleja, para saber si alguien que haya filmado puede afirmar lo contrario - la velocidad en las decisiones es necesaria, sobre todo en partidos calientes-. Será tiempos de una nueva polémica, la 2.0, la nueva generación del desarrollo tecnológico.