La historia de Miel, un perrito en adopción

Tras el cierre del refugio Vida Nueva, pasa sus días en una guardería esperando una familia que le dé un hogar. Es muy tranquilo y logró recuperarse de un grave accidente

Miel espera una familia que le dé un hogar. El 1 de julio fue un antes y un después en la vida de este perrito. Ese día, fue chocado por un taxi y del susto se cayó a un desagüe. Parte del equipo de la ONG Vida Nueva fue hacia el lugar, y gracias a la ayuda de Bomberos Voluntarios, pudieron sacarlo. De allí, fue directo al veterinario donde le diagnosticaron una fisura y reposo absoluto para que pueda volver a caminar.

Después de 40 días de reposo, comenzó su tan esperada rehabilitación. Le puso tanta garra, que antes de esa fecha, ya había logrado pararse. Desde mediados de septiembre, Miel está en la guardería de José Luis Quintana, donde pasa sus días muy tranquilo y caminando con total normalidad.

La historia de Miel fue relatada por Cecilia Bessone, referente de la ONG Vida Nueva, quien destacó que “seguro era un perro más que pasaba sus días en la calle”.

“Hoy, totalmente recuperado, anhelamos una hermosa familia que ayude a sanar ese corazón que ya pasó por demasiado dolor. Sus dramáticas horas en el desagüe merecen ser olvidadas para comenzar una nueva vida en familia”, destacó la activista por los animales. 

Quien desee saber más de Miel puede contactarse con Cecilia al 3534194122.

 

Cierre del refugio

Cabe destacar que Vida Nueva debió abandonar el predio donde funcionaba su refugio, se trata del segundo espacio que ayuda a animales en situación de calle que cierra en pocos meses. Previamente, Mi Protector de Villa Nueva también debió culminar su actividad.

Bessone explicó que “el lugar no era nuestro”. “Una persona de buen corazón nos prestó el espacio durante mucho tiempo sin cobrarnos absolutamente nada, ni luz, ni agua, ni alquiler, pero debió vender el predio y nos comunicó que debíamos abandonar el lugar”.

“Nosotros tenemos tres refugios a nuestras espaldas y ya no dábamos más, estábamos  muy agotados, y optamos por llevar a los tres perritos que nos quedaron a la guardería de José Quintana”, dijo la vecina y continuó: “Solventamos la guarde, con el aporte de los socios que nos han ayudado todo este tiempo”.

“Si bien creo que los refugios no son recomendables porque por lo general terminan hacinando perros, en nuestro lugar particularmente teníamos uno por canil disponible, no ingresamos más de lo que podíamos tener, nos ayudó a cambiar un montón de vidas y destino”, afirmó.

A su vez, Cecilia destacó: “Llegaron un montón de perros accidentados, abandonados, tirados en la ruta, que no hubieran sobrevivido de no haber estado en el refugio. Entonces, todavía son espacios necesarios porque hay un montón de animales en la calle”. “No solamente rescatamos perros, sino también cabras, ovejas, terneros, caballos, aves y gatos. Teníamos de todo, pero lamentablemente sin que el espacio que sea nuestro, no podemos volver a empezar por los costos y el desgaste humano”, apuntó.

Por último, destacó que “a partir de ahora la Asociación va a seguir ayudando a través de la concientización, sobre todo en las personas que tienen mascotas y deben castrarlas para evitar la superpoblación y que de ese modo no se deban abrir más refugios”. “Además, haremos mucho hincapié en la adopción, son las dos cosas que hoy necesitamos más que nunca para poder terminar con la problemática de la cantidad de animales que sufren”, concluyó Bessone.

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