Legalización del cannabis medicinal - La opinión de un exdirector del Hospital Pasteur

“Debería ser recetado por médicos y la calidad certificada por órganos de control”

Carlos Gagliano estuvo al frente del mayor centro asistencial de la región. Con ese halo humanista que suele ser común en quienes llamamos “médicos de pueblo”, se refirió a la legalización del autocultivo de cannabis medicinal y de la venta de aceites, cremas y otros derivados en farmacias
sábado, 14 de noviembre de 2020 · 09:11

“Resulta impostergable crear un marco reglamentario que permita un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector de quienes requieren utilizar el cannabis como herramienta terapéutica”, se expresó en el decreto que firmó el presidente Alberto Fernández y que ya fue publicado en el Boletín Oficial de la Nación.

Ante la consulta de El Diario, el exdirector del Hospital Regional Pasteur Carlos Gagliano comenzó por señalar que “la historia y la evolución científica vinculada a la medicina a través de los siglos, ha demostrado que a partir de plantas se han obtenido sustancias muy importantes para el tratamiento de enfermedades”.

“Podemos nombrar antibióticos que se han generado a partir de allí, hay antitumorales, la morfina... Hay patologías cardíacas tratadas con medicamentos derivados de las plantas, analgésicos... La tropina, que todavía se usa, y mucho; la efedrina... Muchas de estas drogas se descubrieron en plantas y después tuvieron una producción sintética”, indicó.

Y comentó que, “en este caso, el aceite de cannabis podría ser una más de todas las sustancias que el hombre ha conocido, ha usado y después las ha transformado en productos de síntesis para su elaboración y comercialización”.

 

“Hay que investigar…”

Señaló que, hasta ahora, en Argentina era aceptado el uso de cannabis “en casos de epilepsia refractaria; esto es en cuadros convulsivos derivados de la epilepsia que no tienen un tratamiento efectivo con drogas antiepilépticas de síntesis”.

Y apuntó que ello era así porque “hay algunos estudios muy importantes hechos en el Hospital Garrahan, en Buenos Aires, que muestran una mejoría importante en más del 80% de los casos en los que fue utilizado”.

“Lo cierto es que el cannabis se comercializaba no solamente para la epilepsia refractaria (patología para la cual el Estado la entrega en forma gratuita). La gente lo usa, por ejemplo, para la fibromialgia, para el Parkinson, para la esclerosis múltiple, para los vómitos cuando los pacientes son sometidos a quimioterapia, para el insomnio... en fin, hay un sinnúmero de síntomas y patologías prácticamente en un mercado negro en donde se adquiere el aceite de cannabis, algunos fabricados en el país y otros provenientes de Uruguay y Chile, pero siempre en un mercado no científico y sin conocer acabadamente este las calidades y la pureza de su elaboración. No hay que negarse al avance de la ciencia por prejuicio, pero hay que investigar con decisión política las propiedades del cannabis. No puede ser que, como ocurría hasta ahora, un fulano que la producía o la traía de Chile o Uruguay te dijera ‘tomate dos gotas...’”, advirtió.

Enseguida añadió que la actual “es una posibilidad que tiene en general la humanidad con esta planta de ampliar las bases científicas para determinar realmente las patologías en las cuales es útil”.

Consideró entonces que “esto debería ser ampliamente debatido y científicamente estudiado y probado, con decisión política, para establecer los protocolos específicos de uso en las patologías en las que se pueda probar que es de utilidad”.

“El tema es que hay otro subproducto también, que es el psicotrópico, que es el considerado como droga prohibida para decirlo entre comillas por la mayoría de las legislaciones del mundo, y esto genera, creo yo, una dificultad importante. Pero, repito, me parece que la potencialidad del aceite debería ser establecida con protocolos y estar recetado, controlado, dosificado claramente por profesionales, y la única manera de hacerlo es ampliar las bases científicas y blanquearlo, para que esto sea una cosa absolutamente trasparente y pueda adquirirse con la seguridad de que es un producto controlado, chequeado, con la dosis adecuada y la pureza necesaria”, concluyó.

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