“Siga, siga”... lo van a aprobar

Dos arquitectos concurrieron ayer a la Casona de Mitre 90 en representación del Grupo Fonte, que construyó “a medias” el edificio Amalfi-Paseo del Palermo en la calle Garay, entre Cervantes y Salomón Gornitz, en el barrio Palermo, frente a las aguas del Ctalamochita.

Los profesionales Sebastián Andreotti y Guillermo Bertolino fueron escuchados por ediles de todas las bancadas en el marco de una reunión de la Comisión de Acuerdos, que pasó a cuarto intermedio hasta la mañana de hoy. Alrededor de las 10.30 se retomará el diálogo en busca de un consenso que no se consiguió ayer, cuando terminó el desfile de los distintos actores involucrados, por lo que se descuenta que gillistas y accastellistas votarán una cosa, mientras que el PRO y la UCR votarán otra.

Andreotti concurrió también en su condición de accionista en el grupo que encabeza Nicolás Bertorello.

La obra está parada luego de que el municipio dictara en agosto de 2020 un decreto en tal sentido, para solicitar una serie de estudios e informes, dado que desde la Administración provincial se había trazado la línea de ribera definitiva. Además, existía la presión de los vecinos del barrio, que veían que cambiaba la morfología del lugar que habían elegido para vivir, dado que se sumaban 150 departamentos a un sector en el que habitan unas 150 familias.

Ante el parate decretado desde el ex-Palace Hotel, los representantes legales del Grupo Fonte, Eduardo Domenech, Miguel Ortiz Pellegrini y José Luis Bertoldi interpusieron un amparo porque “la Municipalidad, violando sus propias decisiones, desconoció derechos constitucionales de defensa, de propiedad, de trabajar y ejercer industria lícita y privó de su trabajo a numerosos obreros en una época donde el sustento es uno de los bienes más preciados”.

Pero los jueces Augusto Cammisa y Sebastián Monjo entendieron que no había “razones para dudar de la legitimidad del decreto que suspende la obra y que, además, al ser provisorio, no hay daño definitivo a los intereses de la empresa”.

Los vecinos cedían...

Con esos antecedentes y luego de escuchar a los distintos actores, se llegó a la reunión de ayer. El Diario pudo saber que en ese cónclave se barajó una suerte de propuesta que evidenciaba una cierta flexibilidad del centro vecinal de barrio Palermo. La “propuesta” dejaba de lado el pedido de demolición, a cambio de que no se construyera “el segundo edificio” (una estructura similar, complementaria de la que ya está en pie).

“No es el mismo tránsito ni la cantidad de autos estacionados, ni los servicios de agua, cloacas y otros que producen y demandan 150 familias, que los que generan y exigen los habitantes de 70 unidades habitacionales", razonaban.

Pero los enviados del grupo Fonte fueron inflexibles.

Para los legisladores del oficialismo primaron los argumentos de la empresa: “Que el área edificada no es inundable, dado que el terreno fue elevado”, “que el segundo bloque está en un plano más alto todavía que el primero, que se ha creado una nueva área de cocheras... etcétera”.

Uno de los legisladores del oficialismo deslizó al cronista que la decisión estaba “casi” tomada: “La ciudad cambia. No se trata de un barrio u otro. A un vecino que vive en el centro le construyen al lado de su casa un edificio de nueve pisos, de seis pisos o de cuatro pisos, y deja de ver el sol desde su patio de toda la vida”, deslizó.

Del otro lado, se señala que “fue tan mala la autorización de esta obra, que tienen que sancionar una ordenanza para corregirla”.

Queda poco espacio para el “tire y afloje”.

No presidirá el titular del cuerpo, Carlos De Falco, quien está de licencia médica hasta el viernes. Conducirá el debate en el recinto el vicepresidente segundo, Daniel López.