Inédito en Villa María - Lograron corregir una severa escoliosis a una pequeña que profesa junto a su familia la religión Testigos de Jehová

Compleja cirugía a una niña a la que no podían transfundirle sangre

En los últimos días de agosto se realizó una operación para corregir una escoliosis. El desafío médico no fue solo el de la cirugía en sí, sino que debieron afrontar también la decisión de la familia porque, por motivos religiosos, no podía realizarse transfusiones de sangre ni otros hemoderivados
domingo, 4 de septiembre de 2022 · 08:10

Imaginemos lo que significa una operación de columna vertebral, una de las más grandes que se pueden realizar en el cuerpo humano. A eso, le agreguemos que la persona que debe operarse es una niña de 12 años. Y como si a ese panorama le faltara complejidad, se agrega que la familia profesa su fe dentro de la religión de los Testigos de Jehová, que rechazan bajo toda circunstancia la transfusión de sangre y de cualquier derivado de la misma (plasma, plaquetas, etcétera).

Con ese escenario se encontraron los médicos del Sanatorio de la Cañada, que después de reuniones con la familia y con especialistas de distintas áreas, decidieron que era viable afrontar el desafío y hacer la cirugía.

El primer paso fue armar una estrategia para minimizar los riesgos de sangrado  (una de las complicaciones más frecuentes de una operación de esa magnitud), dado que estaban ante la imposibilidad de realizar transfusiones.

Seis meses demandó la organización comandada por el jefe de Pediatría, Roger Tissera; el traumatólogo y cirujano Diego Loza Zapata y el anestesiólogo Mario Berrini.

Los tres, dialogaron en El Diario para explicar detalles de la operación. “Es importante saber que la medicina de alta complejidad no solo está en Córdoba, sino que también podemos ejercerla en el interior”, dijo Loza Zapata.

“En este caso, era un gran desafío”, dijo. La niña, tenía una escoliosis de 70º en su columna vertebral. “Cuando es más de 40º, ya se considera severa”, apuntó, para dar contexto de la gravedad de la situación de la paciente.

La imagen corresponde al antes y el después de la corrección en la columna de la pequeña

“En los casos severos hay que tomar la decisión radical de corregirla quirúrgicamente, para evitar que haga presión en los órganos abdominales o torácicos y que el paciente pierda el equilibrio”, planteó, enumerando algunos de los problemas que acarrea la escoliosis.

En este caso puntual, hay que sumar que la niña está en una etapa en la que deseaba participar, junto a sus pares, en todo tipo de actividades que, por su condición, no podía hacerlas.

Además, la escoliosis trae consigo un dolor permanente que afecta la calidad de vida. “Y otro dato más: una chica de 12  años todavía es una paciente que tiene un gran potencial de crecimiento y la deformidad puede ser mayor”, apuntó.

No había dudas. Tenían que operarla y respetando la religión de la familia de no transfundirla.

 

La cirugía

La operación ya de por sí es compleja. Tienen que llevar a su lugar y en la posición correcta (trasladando y rotando), todas las vértebras, una por una, evitando que en el proceso se afecte cualquier parte del cuerpo.

Para poder realizarla, trajeron especialistas en distintas áreas y desde diferentes ciudades, como Córdoba y Buenos Aires. En total, en el quirófano trabajaron, por cinco horas y media, 12 profesionales de la salud.

Un rol protagónico fue el electrofisiólogo, que controló las conexiones nerviosas a medida que iban moviendo las vértebras e informando precisamente hasta dónde realizar la corrección de cada vértebra sin comprometer nervios sensitivos o motores, evitando así complicaciones a nivel neurológico, explicaron los profesionales.

También contaron con un hematólogo, que participó con un recuperador de glóbulos rojos. Esa especie de “bomba aspiradora y purificadora”, que permitió que toda la sangre que perdía, -como en cualquier cirugía y más en esta que tiene una incisión tan extensa a lo largo de la espalda-, se filtraba e ingresaba nuevamente al organismo. “Esto permitía que la sangre tuviera una continuidad en su flujo”, informaron.

El rol del anestesiólogo también fue central. Mario Berrini relató el procedimiento que llevaron adelante para afrontar la decisión de no transfundir.

El nombre de la técnica es “hemodilución normovolémica” que consiste en extraerle sangre a la paciente dentro del quirófano, antes de empezar la operación. “Esa sangre se repuso con solución fisiológica, logrando así que cada gota que se pierde por sangrado, tenga menos cantidad de glóbulos rojos”, dijo.

Cuando concluyó la operación, ahí recién le “devolvieron” la sangre a la paciente.

Otra de las estrategias que aplicaron fue la de mantener a la niña con una presión arterial más baja de lo normal (hipotensión controlada), con el objetivo de disminuir la sangre perdida durante el procedimiento.

“En 30 años de profesión, nunca me tocó hacer algo así. Estamos muy contentos con el resultado”, señaló Berrini.

Desde el área de Pediatría, Tissera mostró su satisfacción porque “a las 48 horas de la cirugía, la paciente se fue a su casa a terminar su recuperación, solo con analgésicos orales”.

Valoró que al salir del quirófano, se le preparó una habitación privada en el Sanatorio de La Cañada, convertida en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), para que solo estuviera la niña con sus familiares más cercanos, sumando al equipo de enfermería habitual una extra que específicamente estaría a disposición de las necesidades y controles de la niña.

 

Calidad de vida

Saben que lo que hicieron marcará un antes y un después en la medicina de la ciudad y fundamentalmente, en la vida de la niña. “Es muy lindo ver crecer a un paciente que se recupera después de una cirugía así, porque mientras sufren la escoliosis no pueden tener una vida normal, hacer actividad física y se vuelven, en general, retraídas. Después, las ves más extrovertidas y hasta algo que puede parecer pequeño, como advertir que se recogen el pelo porque ahora los hombros están a la misma altura y pueden verlos bien, te resulta importante porque son signos de la recuperación de la autoestima”, dijo Diego Loza Zapata

El desafío fue asumido: pusieron las vértebras en su lugar, dos tutores que cuidarán que la columna siga recta y además, respetaron la fe de la familia de la paciente minimizando los riesgos.

Así como se define de “alta complejidad” a la intervención quirúrgica, se puede hablar de “alta sensibilidad” del equipo que la hizo posible.

 

OPINIONES                              

“A 48 horas de la cirugía, la paciente se fue a su casa, solo con analgésicos orales”. Roger Tissera, jefe del servicio de Pediatría del Sanatorio de la Cañada

 

“Las escoliosis severas afectan la calidad de vida y nos alegra ver que, después de la

cirugía, las pacientes se vuelven más extrovertidas”. Diego Loza Zapata, traumatólogo y cirujano de columna

“En 30 años de profesión, nunca participé en un procedimiento así. Estamos muy contentos con los resultados”. Mario Berrini, anestesiólogo

 

Hay equipo

El equipo encabezado por Diego Loza Zapata, especialista en Ortopedia y Traumatología y en cirugía de columna, junto al pediatra Roger Tissera y el anestesiólogo Mario Berrini, estuvo integrado por los siguientes profesionales de la salud:

-Melchior Angelo, neurocirujano.

-Graciana Passaglia, neuróloga, electrofisióloga.

-Lucas Mercado, instrumentador quirúrgico.

-Yamila Tello, instrumentadora.

-Román Periolo, técnico radiólogo.

-Santander, hemodinamia.

-Federico Martino, técnico en ortopedia.

-Silvana Sola, instrumentadora y circulante.

 

Fundamentos de la religión

En agosto de 2019, El Diario publicó una entrevista a un Anciano (rango equivalente a pastor) de los Testigos de Jehová de Villa Nueva.

Tras afirmar que le “parece muy bien que busquen información de primera mano”, animó inmediatamente a buscar todo dato pertinente a través del sitio oficial que contiene dicha organización (jw.org).

Expuso que “tanto el  Antiguo como el Nuevo Testamento nos mandan a abstenernos de la sangre”. No solo se niegan a las transfusiones, sino también a comerla (como en el caso de embutidos, por ejemplo, la morcilla).

De esa manera aparecen citados en distintos capítulos y párrafos de diferentes libros de la Biblia.

Por ejemplo, en Levítico 17.14, el texto alude: “Porque la vida de todo tipo de carne es su sangre, pues en ella está la vida. Por lo tanto, yo les dije a los israelitas: ‘No coman la sangre de ningún tipo de carne, porque la vida de todo tipo de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será eliminado’”.

Es importante destacar que tal religión está asentada en su propio entendimiento de la Biblia, y tal libro lleva el nombre de “Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras”.

Con base en esos fundamentos es que la religión se niega a las transfusiones de sangre, decisión que se debe respetar en los centros médicos que asisten a los fieles.

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