¿Restauración Conservadora o Democracia?

Escribe: Juan Quiñones

El juicio de Vialidad contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el accionar de la Policía Política de Larreta han puesto a nuestro país en la disyuntiva de viejos antagonismos entre unitarios y federales, o peronismo y antiperonismo, pero la situación es más grave; la guerra judicial, al querer ocupar el lugar de la política y terminar con la división de poderes, quiere llevarse puesta la democracia.

 

La antipolítica como ideología

Para la derecha conservadora, la antipolítica es el camino para volver a restaurar la primacía de la economía sobre la política e instalar, como en los 90, las reglas del mercado, por lo que la idea de la democracia que defiende el bien común y una sociedad más justa e inclusiva es para ella una idea emancipadora que hay que detener por todos los medios, a través del Partido Judicial, los medios de desinformación y la Policía Política. Pero, a su vez, la única forma de hacer antipolítica es establecer previamente una “verdad”, y esto se logra a través de los medios masivos. Veamos entonces como se construye esa “verdad”.

 

Verdad, Democracia y Restauración Conservadora

La democracia parte de la idea de que la verdad no puede ser conocida, por eso, todas las decisiones públicas se adoptan por mayoría, que es el procedimiento propio de la democracia. Porque si la verdad pudiera ser conocida, no haría falta una democracia, sino una dictadura que la aplique. Las dictaduras militares en nuestro país tenían la “verdad” y la aplicaban con todo rigor: 30 mil desaparecidos y, actualmente, más de 400 niños no conocen su verdadera identidad.

La Restauración Conservadora tiene la misma raíz ideológica que las dictaduras militares y por las redes sociales lo manifiestan; construyen una “verdad” y luego solo  la aplican: “son todos chorros y planeros”, “hay que matar unos cuantos”. Llenos de odio exhiben guillotina y ataúdes.

 

Kant contra Kirchner

Immanuel Kant fue un filósofo Alemán que afirmó que las ideas son innatas al sujeto y estas permiten, en las Matemáticas y la Física, “hacer juicios sintéticos a priori”. Por ejemplo, yo sé, antes de comprobarlo empíricamente, que 2+2= 4, que un triángulo tiene tres lados y estas son verdades que nadie puede cuestionar y que el sujeto conoce “a priori”.

De esta manera, el ser “K”, por ejemplo, sería un juicio sintético a priori, que Kant aplicó únicamente para las Matemáticas y la Física, pero que los diarios Clarín, La Nación y los medios hegemónicos han extendido a las Ciencias Sociales y Políticas.

Por esta razón, cuando estos medios señalan que una cosa es “K”, esa cosa es mala, ni siquiera tengo que buscar las razones para explicar por qué, ni fundamentar. O sea, a priori, dicen que es mala porque es “K”, cuestión que de paso sirve para saber -a priori, también- que todo lo anti-“K” es bueno.

En síntesis, la antipolítica es “la verdad construida” desde los medios hegemónicos y expresa a la restauración del conservadorismo más violento y reaccionario y antidemocrático. Quieren una política que exprese el predominio de la fuerza y están dispuestos a servirse del Partido Judicial para justificar todo tipo de arbitrariedades en contra del pueblo.

No se puede ser tolerantes con quienes ponen en riesgo los valores de la democracia, la libertad y la justicia y quieren suprimirlas. Nos ha costado muchos sacrificios y sufrimientos vivir en democracia, y todos los que se sientan demócratas, cualquiera sea su ideología, debemos defenderla  para poner fin a la persecución política en defensa del estado de derecho.

Comentarios