Maximiliano Andrés

“Tiene que nacer la sangre nueva en el radicalismo, hay que romper con los moldes”

Nació en Santa Eufemia el 11 de agosto de 1978. Contador Público. Casado, tres hijos. Adhirió a la Unión Cívica Radical desde su juventud, sin militancia activa. Su participación se forjó en las instituciones. En 2002 integró la Comisión Directiva del Club Sportivo Talleres de Etruria
lunes, 20 de mayo de 2019 · 09:19

Mira la política desde una óptica distinta. Despojado de fanatismo, considera al diálogo como una herramienta para lograr la unidad y trabajar en conjunto por el bien de la población.

Hizo una campaña tranquila, sin críticas al adversario, escuchando a los vecinos y logró dar vuelta un resultado que parecía cantado y ganarle al actual intendente peronista Héctor “Negro” Baravalle que lleva 16 años en la gestión. 

No transó ni con Ramón Mestre ni con Mario Negri. Se mantuvo al margen de la interna provincial y fue sorprendido por la adhesión de ambos. 

En pocos meses, le tocó ver la cara más oscura de la política. “Me pusieron todas las vacunas”, dice sonriendo.

Sin embargo, Maxi Andrés le tomó el gusto al camino emprendido y hoy se siente esperanzado en romper los moldes de las viejas estructuras.

 

-¿Esperaba el triunfo electoral del pasado domingo o lo tomó por sorpresa?

-Estaba tranquilo, porque sabía que habíamos hecho las cosas muy bien. Habíamos armado un equipo, casi como una familia, lo dije en el cierre de campaña, agradeciendo a todos porque era una familia la que venía trabajando.

Mis pasos en la política arrancan en noviembre,  cuando surgió mi candidatura y era una experiencia muy nueva.

A raíz de la experiencia institucional que tuve, siempre vi que en equipo se llegan a lograr los objetivos planeados.

Por esa cuestión, el día del cierre de campaña me sentí aliviado, viendo que todo lo que había planeado estaba realizado.

 

-¿Estaba satisfecho, más allá de los resultados?

-Yo siempre decía la frase que nosotros teníamos todo por ganar y nada que perder.

Sabíamos a quienes nos enfrentábamos, toda la inmensidad de Baravalle, con tantos años de estar en la Intendencia.

Sé que también, en mi vida he tratado de ir por el camino correcto, ser amable con la gente, algún enemigo debo tener, pero sé que siempre traté de hacer las cosas bien y ayudar a todos, mientras estuvo a mi alcance.

Creía que la gente no nos mentía cuando le íbamos a hablar. 

 

-¿Puso alguna condición para involucrarse en la política partidaria?

-Sí, la primera les dije que yo no era fanático, que venía con la idea de darle otra visión a la política, que la juventud puede involucrarse y romper los moldes de la suciedad que se ve.

Y la otra, que íbamos a salir a escuchar a la gente y no criticar a la gestión.

 

-¿Una campaña pacifista, sin agresiones?

-Sí, nosotros hicimos todo lo contrario al manual político y creo que ese fue el secreto. Llegábamos a las casas, tratábamos de que estuviera toda la familia y les decía que los venía a escuchar. Y así, nosotros escuchamos el día a día de los vecinos, salía una charla de ideas y me iba, pero a ninguno le decía “votame”. Pensamos que esas charlas se replicarían en el boca a boca.

Ese era nuestro secreto. Yo quería hacer algo nuevo.

 

-¿Qué sintió en el momento de enterarse que el recuento de votos lo dio ganador?

-Era una mesa de seis o siete que estábamos encerrados dentro del comité. Afuera había gente que gritaba, nos pedían “salgan que ya ganamos”.

Y una de las chicas, Laura, que cargaba los datos en el comité nos dijo “hasta que no estén las actas, yo no digo nada”.

Teníamos esa adrenalina, teníamos los resultados de 2011 y 2015. Entonces íbamos comparando las mesas, con los resultados actuales.

Al principio te sorprende, tenía a mi señora, Soledad, al lado, que fue la que me apoyó en todo momento, la que trabajó con las redes digitales, fue la que más laburó (risas).

Y a ella fue a la primera que abracé y besé.

 

-¿El día después, el día que se dio cuenta que iba asumir en la Municipalidad en diciembre?

-(Risas). Siempre estuve tranquilo, como te dije venía tranquilo porque hicimos todo lo que teníamos que hacer, nunca dijimos agravios, nada. Sabía que si perdía, al otro día iba a trabajar normalmente, saludando a todo el mundo, sin que haya quedado el resquemor de una campaña.

Y le decía a todo el mundo, yo me voy a poner nervioso si gano (risas). Ahí me voy poner nervioso. Me levanté el lunes, el teléfono estallaba, mensajes de todos lados. Y ahí decís “bueno, algo habré hecho bien”. 

Porque me llamó gente que me crucé a lo largo de la vida, en el deporte, en asados, gente del partido opositor me felicitó, me agradeció la campaña limpia, y que gané con todos los méritos.

Es como que te sentís realizado. Algo de ejemplo le vamos a dejar a los hijos.

 

-En los últimos tiempos se habla de gobiernos de unidad ¿tiene pensando convocar a personas de la oposición?

-Mirá, nosotros teníamos dos lemas. Uno era experiencia y juventud y el otro era transformar Etruria. Y para nosotros “transformar Etruria es unir”. Que se unan las instituciones, que se una todo el pueblo y no descartamos juntarnos con los opositores y trabajar todos en conjunto.

Es más, el lunes me levanté, saludé a los compañeros de trabajo y en el primer claro que tuve me fui a ver al Negro Baravalle, fui a la casa.

 

-¿Tuvieron una buena charla?

-Con el Negro tenemos una historia.  Mi mamá era de Pascanas, mi papá de Chazón. Mi mamá se recibió de bioquímica y en su primer trabajo cae a Etruria. Y alquila una casa, vecina del Negro Baravalle.

Se casa con mi papá, al poco tiempo queda embarazada y nazco yo. El Negro estaba con la madre, ya había fallecido el padre, así que la madre embobadísima con el nene que nacía en el barrio.

Más de dos años, yo dormí en la casa del Negro, tengo recuerdos de chico que el Negro me llevaba en la falda y yo manejaba el auto. Después nació mi hermano y es ahijado del Negro.

 

-¿Cómo fue su infancia?

-Como un chico de pueblo, tranquilo, en Etruria podíamos andar en bici tranquilos, jugar en los campitos, cada barrio tenía un sitio baldío, así que íbamos jugando de un barrio a otro.

 

-¿Jugaban al fútbol?

-Sí, la mayoría fútbol. Y a los seis o siete años caigo en Talleres, por una cuestión de cercanía con el club. Mis padres no eran ninguno de Talleres, porque eran de pueblos distintos.

Y Talleres fue mi segunda casa, y era fútbol, fútbol, fútbol (risas).

 

-¿En ese momento soñaba con jugar en un club de Primera división?

-Esa fue la idea. A los 14 años, a Etruria había ido Pepe Suárez, un técnico renombrado en ese momento, y nos llevaron a mí y a Albano Bizzarri a una prueba, un chico que después se fue a Europa y fue arquero de Real Madrid y sigue su carrera en Europa.

Fuimos a Colón, era diciembre, era más que una prueba, una aclimatización para que después en enero arranquemos a la pretemporada.

Colón en esa época estaba mal, dormíamos en una tribuna, pulgas, calor, humedad, estuvimos hasta el 18 de diciembre. Mi papá tenía un entusiasmo, él había querido ser futbolista y no había podido.

Yo llegué a Etruria y le dije “no voy a ir, prefiero estudiar”. En cambio Albano, decidió ir.

 

-¿Y tenía decidido qué estudiar?

-No, la señora de Sergio Russo era profesora de Contabilidad, era vecina nuestra y me llevaba al cine. Tenía todas las notas altas en Contabilidad y eso te va inclinando la balanza. Contador era el furor en ese momento y me embarqué en la carrera de Contador acá en Villa María.

 

-¿Fue un buen alumno?

-En el primario fui escolta, en el secundario me dediqué más al fútbol, a las salidas, me encanta salir, me encanta la noche (risas), la noche sana, nada más que ahora estoy casado (risas).

En el secundario nunca me llevé una materia y arrancamos la Universidad, venía bien en primero, segundo, tercero y en cuarto año ya estaba en media máquina. Pero en cinco años ya había cursado toda la carrera y me quedaban ocho o nueve materias para rendir.

En 2002, me surge un trabajo en Etruria, dentro del estudio de Liliana Melano.

Y mirá como son las cosas, entro a trabajar en enero 2002 con la idea de hacer experiencia y a mediados de año me designa ayudante de una mujer que luego fue la secretaria de Baravalle.

 

-¿Y hubo otras prioridades?

-Y ahí me encontré haciéndome cargo de ese área y a la universidad la fui piloteando. Me puse de novio, en 2007 me caso, en 2008 nace Benito, y fueron quedando las materias.

Nace mi segundo hijo Juan, y no tenía ganas de estudiar, me quedaban cuatro materias, más la tesis.

En 2013 nace mi tercer hijo Pedro, y yo me aboqué totalmente a mi familia y al club.

Después mi señora tuvo un problema de salud, nos preocupamos mucho, al final todo salió bien y se me dio vuelta el chip.

En 2017, fui a la Universidad a ver cómo estaba lo mío, y ahí me puse con todo y en el año saqué las materias que debía.

 

-¿En su casa se hablaba de política?

-Mi papá al haber tenido su padre intendente en Chazón, siempre fue del radicalismo. Se hablaba de mi abuelo, cómo había sido, lo que había ayudado a la gente, pero siempre con libertad.

 

-¿Cuándo le picó el bicho de la política?

-Uno a veces dice que no le gusta la política, pero cuando estás en una institución hacés política. Y en cuanto a la partidaria, en los últimos años había actitudes que no me gustaban para el pueblo, y no podía ser crítico porque no estaba involucrado, participando.

Y como me gusta involucrarme, cuando me invitan en agosto del año pasado a entrar a una encuesta para ser candidato, lo charlé con la familia y no lo dudé.

Se hizo una encuesta y salió el nombre mío como mejor posicionado y con menor imagen negativa.

Y ya me empezó a picar, empecé a mirar programas de política,  pero siempre con la idea de darle otra visión a la política.

 

-¿Qué recepción tuvo a nivel provincial con un partido que fue dividido?

-Mirá, tengo una historia grande a nivel provincial. El partido nuestro era “Todos por Etruria”, siempre se basó dentro del comité en una alianza en que estaba el PRO, el Frente Cívico. 

Cuando me presento, yo les dije que la idea era seguir con Todos por Etruria, o con una Junta vecinal para abrirle las puertas a quienes no tenían una adhesión partidaria definida.

Largamos la campaña “Todos por Etruria” y tuvimos la primera piedra en el camino.

Una de las personas que había sido encuestada quería presentarse como candidato. 

Me dirigí a los chicos Tagni y me dijeron “tiene derecho” porque Cambiemos tiene firmado un pacto de ir a internas. A todo esto, me llamaba Mestre, Negri, éramos amigos teóricamente (sonríe).

 

-Dicen que en política no hay amigos

-(Sonríe). Todo bien hasta que había que hacer la interna. Venía otra lista en Etruria apoyada por gente del radicalismo, un dirigente de Villa María, o sea se abrió la puerta de una interna.

Armamos la lista, presentamos todo para la interna. Llegamos a Córdoba, para presentar la lista y Negri me dice “qué bien, te venís conmigo”.

Le dije “yo no voy con ninguno”, al que gane la interna acompañaré. Lo mismo le dije a Mestre.

La cosa es que la otra lista no se presentó. Nos demoramos para salir con la folletería, no decíamos si éramos Todos por Etruria, UCR, o Cambiemos (sonríe).

Llegó el día de la interna y se suspendió.

 

-Y ahí se rompió Cambiemos

-De un día para el otro, nos llaman y nos dicen ¿adónde van ustedes? Teníamos Córdoba cambia y UCR. En tres meses, me sacudieron la historia política.

Estábamos en eso, llamo al comité para que definiéramos entre todos lo que íbamos a hacer. Eramos más de treinta y les pedí que cada uno diera su opinión con quién íbamos.

Si con Negri, si con Mestre o con la junta vecinal.

Después de varias opiniones, la idea grupal fue vamos con la UCR, pero la local. Apuntamos a la elección local,  porque estábamos muy enojados por cómo se habían peleado arriba.

 

-¿Se vinieron los reproches de arriba?

-(Sonríe). Negri me llamaba todos los días, preguntándome cómo estaba. Y una noche, después de nuestra decisión, me llamó y me dijo de todo. Diez minutos puteándome. ¿Por qué me iba con los otros? No me callé. 

Después a los tres días fue Caronni a casa y todo bien. Y le dejamos bien en claro que nosotros no íbamos a hacer campaña ni para Negri ni para Mestre.

Y empezamos a trabajar como UCR, pero nunca dejamos de ser Todos por Etruria.

 

-Desde su mirada joven, con una nueva visión de la política, ¿qué análisis hace de lo que hicieron los referentes de su partido a nivel provincial?

-Un papelón. Como yo les dije, no les importaron los pueblos, no les importó nada. Empezaron a prevalecer los egos de cada uno y no miraron a su alrededor. Y más de todo, sabiendo todo lo que perdían. Si vos mirás el diario del lunes, te das cuenta que fue un papelón.

 

-A nivel nacional, una parte del radicalismo ha demostrado su disconformidad con la alianza Cambiemos, usted ¿qué opinión tiene?

-Creo que tenemos que llamar a la unidad, buscar una forma de unidad. Yo soy de una nueva idea, está muy complejo todo, está muy compleja la vida diaria, solos no se puede hacer patriada y la unidad es lo más lógico.

 

-¿Unidad con el mismo partido que está en el gobierno o por otros carriles?

-Creo que hay cosas que Cambiemos hizo bien y hay muchas cosas que es necesario cambiar el objetivo o la forma en la que se están haciendo. Con mi corta experiencia, no sé si soy el indicado para decir si hay que romper o hay que seguir en Cambiemos.

Creo que deberíamos trazar una idea política, tener en claro que si no tenemos educación no vamos a llegar a mucho, que debemos tener la cultura del trabajo, que todos puedan progresar.

 

-En este contexto económico se hace muy difícil progresar ¿no cree?

-Es dificilísimo y más que todo cuando la clase media es la que paga los platos rotos. Es un tema difícil y el que está adentro no sé por qué no lo soluciona, y el que está afuera cuando estuvo tampoco lo solucionó.

Creo que tenemos que ver la forma de más allá de las banderías políticas, llegar a tener una idea en conjunto. 

 

-¿Salir de la grieta?

-Esa es la idea, salir de la grieta y es la campaña que hicimos en nuestro pueblo. Los que ocupan cargos de responsabilidad tienen que dar el ejemplo. Y  no siempre, son los indicados para dar el ejemplo.

 

-¿Qué expectativas tiene a futuro, piensa que el radicalismo como partido puede fortalecerse con la inyección de sangre nueva?

-La idea es tratar de buscar la sangre nueva y que la gente joven comience a dar su mirada radical. Le tenemos que abrir las puertas a gente con otras ideas. A mí me abrieron las puertas, me dejaron decidir cómo hacer la campaña y tuvimos la suerte de tener a los dos candidatos provinciales (Sonríe).

 

-¿Cómo fue eso de los dos candidatos?

-Te cuento, planeamos presentar la lista un mes antes de la fecha de la elección. Lo hicimos el jueves 11 de abril, no va que coincide con que el  14 de abril había elecciones en los municipios radicales.

A la mañana, uno me llama y me dice que Mestre iba a andar por la zona. Pero nosotros habíamos dicho que lo nuestro era local. Me empezó a llamar Garbiglia de Chazón para decirme que iba a estar en Ucacha con Mestre y si yo quería lo traía a Etruria.

La cosa que eran las 9 de la noche, y me llaman y me dicen que iba a venir Mestre. Y así fue, estábamos terminando el acto de apertura y entra Mestre. En una de las charlas les digo que “de noviembre a abril ya me habían dado todas las vacunas de la política” (risas), y agrego que “para los políticos está por arriba el ego personal y no les interesa la gente”. Cuando me di vuelta, lo tenía a Mestre atrás (risas).

La rematé diciendo que algunos eran así y otros no.

 

-Trató de acomodarla

-(Risas). En el cierre de campaña, me dicen que tenían un video de Negri apoyándome. La gente no entendía nada. Bueno, pero salió todo bien. Terminé bien con los dos, a nosotros nos fue bien.

 

-¿Qué referente del radicalismo a nivel nacional le atrae?

-Como te dije al principio, no soy radical fanático. No tengo un modelo de político en sí. Creo que me gusta ver lo mejor de cada uno. Hoy, si tuviera que elegir un referente radical no sé. Para mí tiene que nacer la sangre nueva en el radicalismo. Me parece que hay que romper con los moldes, estoy convencido de la idea radical, mamamos desde chico a Raúl Alfonsín,  pero me parece que el partido en sí, se ha quedado en el tiempo.

 

-Imagine el 10 de diciembre, sentando en el sillón de la Intendencia ¿cuál o cuáles van a ser sus primeras medidas?

-Tengo varias ideas. Una de las primeras medidas va a ser llamar a todas las instituciones del pueblo, sentarlas a una mesa que hoy por suerte la Municipalidad tiene una larga, y empezar a diagramar el futuro del pueblo entre todos. Yo era chico y recuerdo que Lerín dijo que las “instituciones eran la base de los pueblos”. Creo que esa es una de las primeras medidas que quiero tomar. 

 

-¿Cuál es tu sueño?

-Mi sueño es que mis hijos vivan felices en Etruria, que puedan estudiar y que tengan el deseo de volver a Etruria.

 

-¿Y políticamente?

-Primeramente, poder dejar todo por el pueblo, hacer todo lo que el pueblo necesite y que pasados los años a mis nietos les digan “Maxi fue intendente y mirá lo que hizo por el pueblo”. Como dicen de mi abuelo.

Ese es el anhelo de hoy, obviamente uno siempre mira para arriba y bienvenido sea todo lo que venga de arriba. Es como que me están gustando los colores de la política.

 

-¿Irías hablar con el gobernador?

-Sí, con mucho gusto iría.

 

-Las propuestas que lo llevaron al triunfo

-Construir 50 viviendas en cuatro años.

-Implementar plan estratégico de organización urbana, ampliación de red de cloacas y agua, cordón cuneta, solucionar problemas de desagües.

-Brindar atención libre y gratuita de la salud primaria. Ampliar el dispensario, sumar nuevas especialidades y equipamiento. 

-Plan integral de seguridad.

-Crear el área de trabajo y producción. Bolsa de empleo, Parque Industrial.

-Vincular escuela, familia y centro de apoyo.

-Crear el Consejo de la Mujer.

-Gestionar propuestas educativas alternativas.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Como presidente de Boca lo vi muy bien. Como presidente de Argentina me parece que le faltó mostrar las cartas desde el principio, no fue claro desde el principio, no fue sincero o le ganó la esperanza.

 

Juan Schiaretti

No tengo mucho conocimiento de Juan, pero me parece que ha tenido una muy buena imagen, supo aprovechar las oportunidades que la política le brindó, demostró que hizo muchas obras, se vendió bien, supo seducir a la gente.

 

Martín Gill

Lo conocí por la Universidad, no tengo nada malo contra él. Me parece que en la Universidad hizo buena gestión pero no tengo conocimiento de Villa María.

 

Me gusta

El deporte, en especial el tenis y el fútbol.

 

Me encanta

Comer asado con amigos, disfrutar de la familia.

 

Me divierte

Hacer cosas en mi casa, cortar el pasto, es un relax.

 

Me entristece

Ver sufrir a la gente que tenés cerca.

 

Me enoja

La falsedad, dar la mano y que te agarren el codo.

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