Ingeniera nuclear a los 24

Brenda Gray dejó Villa María para formarse en el Balseiro, en San Carlos de Bariloche, en donde consiguió el diploma de ingeniera nuclear. Ahora estará un semestre en Francia.

Con apenas 24 años, Brenda Gray ya es ingeniera nuclear. 

Nació en Villa María, en donde hizo su trayecto escolar en el Rivadavia y cursó hasta tercer año Ingeniería Mecánica en la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), para luego emigrar hacia San Carlos de Bariloche, donde logró acceder al prestigioso Instituto Balseiro para formarse como ingeniera nuclear.

En ese camino incidió la recomendación de un docente, quien le habló del Balseiro, lo que también llevó a que Brenda comenzara a pensar con mayor énfasis en un futuro relacionado con este campo. Como necesitaba dos años de cursado en una carrera afín, en principio decidió anotarse en Ingeniería Mecánica en la UTN.

Concurrió entonces a la casa de altos estudios de barrio San Juan Bautista, donde inició su formación profesional, pudiendo tiempo después sortear el acceso al Balseiro, “famoso por su exigencia y de prestigio en Latinoamérica”, tal como describió la chica.

Allí todos los estudiantes están becados. “No tenemos necesidad de trabajar”, subrayó en diálogo con La Revista.

“En el Balseiro te exigen llevar la carrera al día. Cuando comencé, no sabía mucho. Al empezar a estudiar, me enteré de distintos desarrollos en la materia en el país”

El proceso de ingreso significó momentos de incertidumbre para Brenda, superados con su dedicación y estudio. Logró entrar a la carrera y al reconocido instituto, en 2016, para arrancar el ciclo lectivo en julio, como se acostumbra allí. Llevaba la carrera en la UTN al día y concretó el pase.

“En el Balseiro te exigen llevar la carrera al día. Cuando comencé, no sabía mucho. Al empezar a estudiar, me enteré de distintos desarrollos en la materia en el país”, contó.

El cursado no estuvo exento de complicaciones y complejidades. Ante preguntas, Brenda señaló que enfrentó “muchos desafíos, de distinto tipo”. “Lo que más me chocó fue matemática, que me resultó compleja” por sus particularidades, describió.

Su vida había cambiado notoriamente con respecto a sus años en Villa María, y no solo por lo académico. Es que el residir en aquella ciudad turística del sur argentino, lejos de casa, también le regaló nuevas amistades, afectos y experiencias, además de cambiar drásticamente de paisaje. “Es un lugar muy lindo, con paisajes muy hermosos, con cerros, en donde se puede esquiar”, apuntó. Y “como al instituto entran casi 50 ingresantes (a cuatro carreras) de todo el país”, el espacio fue propicio para encontrarse y vincularse con muchos otros jóvenes de distintos puntos de la Argentina.

Ahora, ya con el título en la mano, prevé realizar una maestría y estará en  Grenoble, Francia junto a dos compañeros del Balseiro y otros dos de los Institutos Sabato y Dan Beninson de Buenos Aires, durante un semestre por un intercambio, perfeccionándose en lo suyo. 

Brenda cursó parte de la Ingeniería Mecánica en la UTN, y luego se fue al Balseiro. 

Ambas carreras comparten algunas materias. La Ingeniería Nuclear se diferencia en la incorporación de conocimientos de Física de Neutrones y de Reactores, Protección Radiológica, Materiales y Combustibles Nucleares. Se estudia la instrumentación y control desde un punto de vista específicamente nuclear y se integran conocimientos en seguridad y diseño en Plantas Nucleares. 

En el Balseiro, los estudiantes cuentan con espacios para llevar a cabo una importante experiencia práctica. Las experiencias se realizan en mediciones nucleares y en el laboratorio final de la carrera que incluye prácticas desarrolladas haciendo uso del reactor RA-6 de Bariloche. 

 

El Instituto

El Balseiro es una institución pública y gratuita, creada en 1955, que trabaja con la misión de aportar al crecimiento del país en ciencias y tecnología a través de la formación de científicos y tecnólogos tanto en el área nuclear con fines pacíficos como en la no-nuclear. 

Todos los estudiantes reciben becas completas, lo que les posibilita una dedicación completa al estudio. Los docentes son investigadores y tecnólogos en actividad que se vinculan de manera permanente con centros científicos y tecnológicos y con empresas de tecnología en el país y el mundo. 

Según el instituto, los alumnos “se forman en un ámbito estimulante de investigación científica y desarrollo tecnológico de vanguardia; enfrentan el desafío de crecer profesionalmente en una actitud crítica y con capacidad para resolver problemas novedosos y de alta complejidad”. 

 

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