Opinión

Colapso

Escribe: Pablo Bertoglio

 

Viernes 21 de mayo de 2021, 21.30 horas. Villa María, Córdoba.

Quiso el destino que esta noche helada tuviese yo que venir a una conocida clínica de nuestra ciudad. Estoy en la vereda ahora, esperando. La campera sobre una remera de mangas cortas es poco abrigo para tanto frío. El viento me atraviesa sin dificultad, húmedo, imparable. A poco menos de diez metros de donde me encuentro, está detenida una ambulancia improvisada de un pequeño pueblo de la zona; leo los ploteos en la carrocería del vehículo oficial, nada que ver con su actual uso de emergencia. Al lado está parado un hombre vestido de amarillo, como acostumbramos a verlos en estos tiempos de muerte temprana. Dos barbijos, dos pares de guantes, un par de gafas especiales que se empañan, pies de quirófano y una paciencia extraña, infrecuente, hasta sólida diría yo.  Desde el lobby casi desierto del sanatorio se comunican con él. “Llegó la chica de ...”, dicen. “Esperá, por favor, todavía no está lista la cama. Esperá”, le piden. Media hora, un poco más, lo único que se mueve es el viento. Nadie más, nada más parece respirar en esta noche oscura y los ojos del hombre amarillo están clavados en el vidrio enorme delante de él, como si su mirada o la mía pudiesen acelerar estos minutos eternos que no pasan más. La recepcionista está trabajando como puede, muy cansada a estas horas de la noche, con la cabeza gacha se mueve de un lado a otro; está buscando un lugar, una señal, un breve espacio… una cama.                                                                             

La ambulancia improvisada tampoco respira, ni se mueve, yo me tengo que ir. Me voy, no puedo hacer nada y nada cambia, solo cuando recorro una corta distancia veo por el portón habilitado de la clínica para la salida de vehículos, una ambulancia de una conocida casa mortuoria de la ciudad, salir e irse despacio. Se aleja resignada entre sombras, mientras el viento furioso de este mayo insoportable, sigue soplando como tantas veces en estos días, entre fantasmas recién nacidos y luces que agonizan.

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Satisfacción
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Esperanza
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Bronca
32%
Tristeza
1%
Incertidumbre
63%
Indiferencia

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