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“La peor vacuna es aquella que no se pone”

Estamos ante una situación de alerta, y en breve estaremos pasando a emergencia nuevamente. El relajamiento desde octubre pasado, cuando se procedió a la apertura total como si fuera el final de la cuarentena, fue una medida electoral, que fue acompañada por la disminución de casos. Pero ahora, las variantes ómicron (muy contagiosa) y delta ya han hecho su presentación en sociedad con una proyección geométrica que asusta y enciende alarmas. Y la extremada actividad social que se produce para estas fechas amplía la cadena de contagios. Sabemos que por las fiestas de egresados y de fin de año muchas personas no quieren contar que tuvieron un contacto de riesgo, pero les pido que adquieran conciencia y responsabilidad frente a esta crisis. Aún en estimaciones oficiales, no se precisan datos sobre la exactitud de la versión de COVID-19 que alcanza los últimos contagios, ni la gravedad de ello. Pero lo cierto es que está corriendo y avanzando.
El servicio local de salud está acusando el golpe, y no era descabellado desestimar que esta cartera debía contar con mayor presupuesto para el año entrante. Los agentes y personal de salud debían estar amparados en mejores condiciones laborales y prever un pertrecho y estrategia,  que no tome por sorpresa a esta Secretaría. 
Personalmente le dije al secretario de Salud municipal, Pedro Trecco, que debía pelear por mayor presupuesto que el porcentaje de 5,5% que tiene previsto para 2022. Esta sorpresa en esta época del año lo demuestra, y, de acuerdo a lo visto en el hemisferio norte, todo hace pensar que será otro año de dura batalla.
En razón a lo que está pasando en este momento, hay colas y esperas muy largas para los testeos, con altas temperaturas, por lo cual sugiero la utilización del Anfiteatro municipal, que es un lugar amplísimo, ventilado, bajo techo y la gente puede esperar en un asiento, con lugar para mantener distancia.
Hay que tratar de no entrar en pánico, y ser cuidadosos en detalles claves como la correcta utilización del barbijo, mantener la distancia social, evitar reuniones grandes, lavarse continuamente las manos y portar un rociador de alcohol individual.
Y el pedido fundamental, acudir a los centros de vacunación. No sean reticentes a la vacuna, ya que no hay malas ni mejores. La peor vacuna es aquella que no se pone. La poliomielitis logró erradicarse por la obligación de vacunarse. Si bien hoy estamos librados a la conciencia, seamos respetuosos de los demás, porque las variantes se seguirán propagando si no alcanzamos la mayor cantidad de población vacunada. Hoy son tres dosis. Cuidar de sí mismo cuidando al prójimo, es ser buen ciudadano. 
Romeo Benzo

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