Juicios abreviados - Ambos convictos fueron declarados reincidentes

Quinta condena para uno y tercera para otro, que recuperó la libertad

Por un lado, Javier Santacruz recibió una sanción de tres años de prisión efectiva por asaltar una panadería a mano armada. En otra audiencia, a Juan Barbagallo le impusieron un año y nueve meses por varios delitos, pero la pena se le dio por cumplida y fue excarcelado
sábado, 30 de noviembre de 2019 · 10:30

Un trabajador gastronómico y un pintor de casas fueron condenados ayer en la Cámara del Crimen de Villa María en sendos juicios de trámite abreviado (confesaron los hechos que se les atribuían), con la particularidad de que ambos son convictos multirreincidentes.

Se trata de Javier José Santacruz (40) y de Juan Alberto Barbagallo (30), quienes recibieron la quinta y la tercera sanción penal, respectivamente, en dos procesos orales y públicos presididos por el juez Félix Martínez en el quinto piso de los Tribunales locales.

Santacruz recibió una condena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo luego de ser declarado culpable de un asalto a mano armada perpetrado en una panadería de barrio Lamadrid, mientras que a Barbagallo le impusieron un año y nueve meses de cárcel por varios delitos, pero pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia porque la pena se le dio por cumplida, ya que estaba detenido desde el 30 de enero de 2018.

En los dos juicios intervino el fiscal Francisco Márquez, mientras que como defensores participaron los abogados Sebastián Elía (Santacruz) y Marcelo Martín Silvano (Barbagallo), quienes previo a las deliberaciones habían acordado las sanciones con el titular del Ministerio Público si sus clientes reconocían la autoría de los hechos, tal como ocurrió luego.

 

A mano armada

El lunes 17 de septiembre del año pasado, Javier Santacruz irrumpió armado en la panadería ubicada en calle Corrientes al 1700, casi esquina Lamadrid, y luego de amenazar a la empleada se apoderó de 20.000 pesos en efectivo. Con el dinero en su poder, se dio a la fuga a bordo de una moto Honda tipo enduro, de color blanco, con la que había llegado al negocio.

Curiosamente, cometió el asalto a cara descubierta, circunstancia que posibilitó que fuera reconocido por la víctima y atrapado por la Policía apenas cinco días más tarde, durante un allanamiento realizado en una vivienda de calle Colabianchi al 150, es decir, a solo una cuadra y media de la panadería donde consumó el atraco.

Los investigadores no solo arrestaron al asaltante sino que, además, secuestraron diferentes elementos de prueba, unos 1.500 pesos en efectivo y la motocicleta utilizada para cometer el atraco.

Santacruz, nacido en octubre de 1979, fue procesado como presunto autor de “robo calificado por uso de arma de fuego cuya operatividad no se pudo acreditar” (nunca se encontró) y le impusieron el mínimo previsto por la legislación para ese delito, que tiene una escala penal que llega hasta los 10 años de prisión.

La confesión lisa y llana del hecho contribuyó para que fiscal y defensor pactaran dicha sanción, sobre todo porque se trata de un convicto reincidente que registra nada menos que cuatro condenas anteriores.

El 8 de noviembre de 2015, Santacruz recibió idéntica pena luego de admitir que había asaltado dos sucursales locales de las heladerías Grido ubicadas en avenida del Libertador 535 y en la esquina de bulevar Sarmiento y Lamadrid, los días 28 de abril y el 2 de mayo de ese mismo año, a las cuales ingresó con la cabeza cubierta por un casco para evitar ser reconocido.

 

“Cuesta creerte”

Pocos minutos antes que comenzara aquella audiencia celebrada cuatro años atrás, se produjo un breve diálogo entre el fiscal Márquez y el acusado. “¿Otra vez vos acá?, preguntó el acusador público”, a lo que Santacruz le respondió: “Le juro que es la última”. Y tras cartón, Márquez replicó: “Ojalá que sí, pero cuesta creerte”.

La pregunta del fiscal de Cámara tenía un fundamento: antes de ese juicio, Santacruz había sido condenado otras tres veces por la Justicia local, siempre por delitos contra la propiedad. En dos oportunidades por hechos de “hurto simple” y, la más grave, por un “robo calificado por uso de arma de fuego”, por el que le impusieron seis años de cárcel.

Cabe señalar que este convicto había cumplido íntegramente dicha condena poco tiempo antes de asaltar la heladería de avenida del Libertador.

 

Por varios delitos

En el otro juicio de la jornada, Juan Barbagallo, alias “Juanito” o “Enano”, fue declarado autor responsable de “tenencia simple de estupefacientes” (tres hechos), “desobediencia a la autoridad”, “tenencia de arma de fuego de uso civil”, “encubrimiento” y “violación de domicilio reiterada”, delitos por los que le impusieron un año y nueve meses de prisión.

Como había sido detenido el 30 de enero de 2018 en Villa Nueva, oportunidad en la que le encontraron cocaína y un revolver calibre 22 con el número limado adentro de la mochila que llevaba, se le dio por cumplida la sanción y pudo recuperar la libertad apenas concluyó la audiencia.

Domiciliado en barrio Industrial de Villa María, este convicto reincidente registra otras dos condenas anteriores: en abril de 2010 recibió una pena de tres años de prisión efectiva por haber protagonizado media docena de hechos delictivos en aquel sector de la ciudad (“portación de arma de uso civil sin la debida autorización”, “abuso de arma”, “amenazas calificadas”, “lesiones graves”, “lesiones leves” y “daño”), mientras que en noviembre de 2012 le impusieron seis años y ocho meses de prisión efectiva por un asalto a mano armada (“robo calificado por arma de fuego”) cometido el 18 de abril de 2011 en el shop del Automóvil Club de esta ciudad.

Durante el tiempo que estuvo en la cárcel, el personal del Servicio Penitenciario le secuestró cocaína y marihuana en dos ocasiones, lo que le generó nuevos procesamientos, y luego de recuperar la libertad cometió otros delitos menores.

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