Un convicto reincidente manejaba los “negocios familiares” desde la cárcel

Dura condena para un mecánico en una causa por narcomenudeo

Se trata de Lito Estadella, quien recibió una pena de siete años de prisión, mientras que su madre, Elva Cáceres, y su medio hermano, Maximiliano Barreto, fueron sentenciados a cuatro años y seis meses, todos por comercializar estupefacientes en una vivienda de barrio Felipe Botta
viernes, 31 de julio de 2020 · 08:30

Un mecánico villamariense fue condenado ayer por tercera vez, en esta oportunidad por hechos de narcomenudeo cometidos junto a su madre y su medio hermano, con la particularidad que el presidiario regenteaba los “negocios familiares” desde la cárcel de barrio Belgrano, donde estaba alojado al momento de ser desbaratado el punto de venta de drogas por la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA).

Lito Leonardo Estadella (52) recibió una dura condena de siete años de prisión efectiva, luego de ser declarado culpable de “comercialización de estupefacientes” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravada por la participación de tres o más personas”.

En tanto, la madre de Estadella, Elva Susana Cáceres (67), y su medio hermano, Maximiliano Adrián Barreto (30), fueron sentenciados a cuatro años y seis meses de cárcel, también de cumplimiento efectivo, por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravada por la participación de tres o más personas”.

Cáceres y Barreto fueron detenidos el 9 de mayo de 2019, durante un procedimiento realizado por la FPA en dos viviendas ubicadas en Guillermo Rawson al 2800, esquina Intendente La Colina, donde se incautaron casi 50 gramos de picadura de marihuana, dos “tizas” de cocaína,  12.500 pesos, un teléfono celular perteneciente a Barreto y elementos relacionados con el fraccionamiento y la venta de sustancias ilícitas.

Durante la investigación de la causa se logró establecer que el hijo mayor de la mujer, manejaba el “negocio” familiar desde el Establecimiento Penitenciario Nº 5. Y exactamente cinco meses después, el 10 de octubre del año pasado, Estadella fue atrapado por la misma fuerza de elite en el mismo domicilio, en momentos que le vendía cocaína a un cliente.

Aquel celular secuestrado a Barreto fue la punta del ovillo que permitió establecer que el mecánico se encargaba de impartir las directivas para las actividades de narcomenudeo. A través de numerosos mensajes de WhatsApp, desde la cárcel Estadella le decía a su medio hermano a quién comprarle drogas, cómo hacer las operaciones y otras indicaciones relacionadas con la comercialización de estupefacientes.

El mecánico estaba cumpliendo su segunda condena, dictada por la Cámara del Crimen de Bell Ville, y cuando recuperó la libertad, Cáceres y Barreto ya estaban detenidos.

 

Jueza y partes

La audiencia de debate se realizó por videoconferencia y fue presidido, desde Córdoba, por la jueza Eve Flores de Aiuto, mientras que en la Cámara del Crimen local se dieron cita el fiscal Francisco Márquez, la asesora letrada Silvina Muñoz (defensora oficial de Estadella) y los abogados Rodrigo Hayas y Tomas Camps (codefensores de Barreto y Cáceres).

Finalmente cabe señalar que Estadella está alojado en la cárcel local, Barreto en el penal de Bouwer y la madre de ambos cumple prisión domiciliaria en su casa de barrio Botta.

 

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