Del “ver para creer” a las “fake news”: las nuevas figuras del engaño

El lenguaje es entre otras cosas un instrumento de comunicación del que es posible servirse. Aun así, lejos de reducirse a un instrumento de comunicación: el lenguaje, las palabras, ocupan un rol primordial en la constitución de los seres humanos. Un oído atento puede escuchar en la elección de un modo de hablar la particular posición, la particular manera de nombrar y de ser nombrado, de cada quien. Nos permite ubicar desde qué lugar habla ese sujeto.

Lo que el psicoanálisis nos enseña es que no es posible escapar a los efectos, que el hablar con otros y el ser hablado, producen. Ya que lo curioso es que en tanto instrumento de comunicación muestra su falla en el malentendido. Pues el mensaje que se intenta transmitir, en todos los casos tomará diferentes formas en el largo  camino entre el emisor y el destinatario.

La multiplicidad de sentido inherente a las palabras, sus efectos, sus resonancias -incluso a nivel del cuerpo- dan testimonio del peso con la que pueden ser concebidas por los sujetos y por los pueblos, según sus historias.

Los dichos populares conllevan un saber que desnuda, que pone en evidencia lo que no anda. Con la advertencia de que la palabra en algunas bocas puede resultar engañosa,  uno de esos dichos recitaba “ver para creer”. Dando por sentado que la imagen es lo que no engaña. Frente a la duda, mejor mirar y comprobar.

En esta época la imagen ha tomado ese lugar primordial que antes ocupaba la palabra,  en detrimento de ésta. Aquello que el lenguaje intentaba recubrir, simbolizar, hoy flaquea.

¿Es entonces la imagen en estos tiempos el garante de la verdad?

Hace unas semanas fue noticia una polémica aplicación Deepnude, que permite tomar una fotografía de una mujer vestida y por intermedio de inteligencia artificial lograr una imagen a la vista real de esa misma mujer pero desnuda. Miles de personas descargaron la aplicación, para crear estas imágenes falsas provocando el alerta.

La imagen es también puesta en duda, hoy. La idea de que alguien puede manipular según su capricho lo que quiere ser mostrado, está instalada.  De allí derivan miles de teorías sobre los fines de esa manipulación. Lo cierto es que la creencia en la imagen ha pasado a ser, al menos relativa.

Jacques Alain Miller psicoanalista francés, nos invita a pensar que en nuestra época “el otro no existe”, es decir que la creencia en el otro se desvanece. No se cree en su autoridad, en sus competencias, en su bien decir.

Frente a este fenómeno y en estos tiempos en que la imagen muchas veces se nos presenta sin mediación, es posible en un análisis tomar la palabra. Servirnos del acto de hablar para producir una pregunta, un interrogante, una orientación. Una posibilidad  entre otras, para analizar las creencias, los absolutos, los fanatismos. Una apuesta que invita a hacer pasar por la palabra aquello que nos excede, que nos provoca miedo no solo del otro, sino más bien de uno mismo. 

Melina Schiapparelli
Delegación "A" Regional Villa María
Colegio de Psicólogos de Córdoba